Dice el Dino, en Vientos del Sur, que decía Omar Khayyam que el silencio se parece a la muerte. Es verdad.
Anoche escuche la Cadena, y volví a topar con el mismo muro. Lo único nuevo es la consigna, que ahora reza: “Sin verdad y Justicia no hay reconciliación”. Cagamos. Perdón por el exabrupto, pero es lo que sentí.
Por definición, reconciliarse es un acto individual que implica renuncia y perdón; y no moneda de pago en una negociación entre dos corporaciones supérstites de antiguos beligerantes.
Decir: “Si me decís lo que quiero saber, me reconcilio; si no, no” es, además de infantil y mercantil, la demostración flagrante de que no existe el estado del alma necesario para la reconciliación.
Cuando se analizaba qué hacer con las citaciones en la caja fuerte del Gral. Medina, los familiares (y sus socios políticos) clamaban un duro “Ni olvido ni perdón” (que termina en “paredón”, aunque no se dice, tal vez porque recuerda a Fidel). Lentamente, la consigna fue derivando hasta llegar a ser Juicio y Castigo.
El país se dio una Ley para empezar a terminar con este tema. Dos veces: en el Parlamento y en el plebiscito del 89’. Doloridos y algo razonables, cambiaron el slogan: Verdad y Justicia, pero no aflojaron sino que forzaron una nueva ratificación plebiscitaria. Tré. ¿No debería empezar acá la canción del perdón?
La Justicia, ha quedado claro, poco más puede y va a hacer; y me parece que son los propios interesados los que abortan la posibilidad de conseguir algo en lugar de casi nada.
Doloridos y empecinados (es comprensible) pero no razonables (ya no tanto), al abrazar la causa de la desaparición como delito permanente los familiares aportan la soga para ahorcar cualquier pretensión al respecto. Me explico.
Si hay delito permanente no hay caducidad. Si no hay caducidad, nadie va a hablar; porque sería pasible de ser imputado como autor, cómplice o encubridor. Se cerró el círculo. Adiós Verdad.
Estoy medio desolado con el tema. Este nudo no se corta, como el de Gordias: hay que desatarlo; y la llave del cofre que guarda el secreto de cómo, está en manos que -por el momento- permanecen cerradas, como las mentes que las controlan.
La actitud de la verdadera madre en la historia de Salomón y el niño partido al medio es, tal vez, el único camino. Sin sombra de querer ser parecido, al estilo del viejo y sabio Rey, propongo:
No olvido.
Sí perdón.
Y, nunca más, paredón.
6 comentarios:
Es un tema de quien tiene la sarten por el mango...no veo que los familiares de desaparecidos hayan tomado las armas ni secuestren ni torturen para llegar a la verdad y a la justicia. Esperar que renuncien a ella solo porque no se puede hacer nada es infantil, egoísta, inmoral.
Aceptar que no se puede hacer nada, si, no aceptarlo sería de necios...Olvido y perdon? Nunca, eso no es digno.
Tashi querido:
Gracias por tu comentario, pero te estás centrando en el origen del problema, no en la solución; mucho menos en lo que digo.
Para empezar: en ningún momento le pedí a nadie que renunciara a verdad ni justicia alguna; y -aunque lo hubiera hecho- no te agradecería los adjetivos. Sí relaté lo que, desde mi punto de vista, sucedió y sucede.
Para seguir, dije NO olvido, SI perdón, pero se ve que es lo de menos lo que digo: hay que discutir lo que no.
Yendo otra vez al punto: en mi artículo no hablo de quién tiene razón, quién empezó a torturar y matar gente ni por qué. Cada uno sabe. Hablo sí de Reconciliación, acto unilateral, íntimo y libérrimo de reunir lo desunido, lo cual no necesariamente pasa por el perdón.
Uno no siempre hace lo que quiere (por ejemplo cuando no lo dejan) pero -para la reconciliación- sin duda la sartén puede estar en manos de cada familiar (no de Familiares, su organización política). Alcanza con querer.
Pero mientras sigan cultivando la amarga planta del rencor, nada de ello. Para su mal, principalmente, y el de todos, inexorablemente.
Cierro diciendo: no logro entender qué tiene que hacer la dignidad acá, en cualquiera de sus acepciones; pero -en cualquier caso- no hay nada más digno que el amor incondicional.
Un abrazo
Tashi dice:
Habrás notado que el tema me nubla... Desde ya te pido disculpas por el tono injustificadamente belicoso.
Me cuesta expresar con claridad lo que al respecto , mas que pensar, siento...
Creo que no hay reconciliación posible sin perdón, en eso estaremos de acuerdo.
Y creo que es casi inhumano (para bien) quien pueda perdonar crímenes de este calibre, es una utopía esperable en un santo, por lo tanto para mí está fuera de discusión. No es razonable esperar que esta gente perdone, es casi ridículo. Es mucho mas razonable esperar que una sociedad que no se hace trampas a si misma, que no mira para el costado, que no tiene terror de lo que pueda volver a pasar, le procure a esta gente la mínima dignidad de saber que pasó con sus familiares...
Se les pide perdonar lo que ni siquiera se reconoce...es una aberración. "Che, gil, a vos que te mataron a tu hijo, dejate de joder, no lo busques mas, perdoná a los que lo raptaron, torturaron y mataron, que no dan la cara , y que si los jodes mucho nos la vuelven a dar....Dale, se buenito, se un santo, perdoná como perdonaría la madre teresa de calcuta o jesus...."
En general estas elucubraciones filosófico-jurídicas terminan poniendo en un plano de cuasi igualdad a víctimas y victimarios...ridiculo...obsceno.
Disculpeme si sigo en un tono belicoso, realmente lo trato de evitar, pero se me complica....
Eldo dice: Veo, veo. Igual, persevero.
Estás discutiendo con otros, no conmigo. No mezclo lo político con lo íntimo, eso sí me parece obsceno (y no estoy diciendo que lo hagas, es de lo que me acusas).
el otro día dije que se podía tomar agua de un charco, pero que era mejor la de las altas cumbres, si se trata de elegir, siempre elijo lo mejor, y la reconciliación es lo mejor. hasta te diría que es un tema de reconciliarse consigo mismos, de dejar de ser la víctima de lo que pasó hace décadas y pasar a vivir el hoy, que es son los muertos queridos muertos y queridos, y nada más. Tengo para mí que la única muerrte verdadera es el olvido, o sea que mal puedo recomendarlo para con el finado; pero lo recomiendo enfáticamente para con al matador. si no lo sacas de tu vida, se te queda ahí, y yo no quisiera vivir toda mi vida con el asesino de mis seres queridos.
Entrá por favor al blog de nuevo y leé Receta sencilla para el "Achtung Juden rosado". Tal vez te ayude a entender de qué hablo.
Un abrazo.
PS: No me calienta que te calientes, mientras no me faltes el respeto. Si lo hacés, voy y te rompo el culo, amigablemente. En serio: me duele que no me entiendas, me duele el dolor que manifestás y que te nubla, me duele que haya tanta gente que pierde el foco y -en vez de discutir conmigo lo que digo- discuta con sus fantasmas o con otros. Igual, persevero. Tal vez sea esa mi misión y mi castigo: sembrar y seguir y nunca poder ver el fruto de lo sembrado. Pero siempre en tierra buena.
Tashi dijo:
Hmmm...... creo que voy cayendo...por fin... Gracias por la paciencia, al menos creo que no cae en saco roto.
Me parece que lo que me confunde es que en general leo y escucho comentarios en relación a la actitud de los familiares de desaparecidos.
Entonces erróneamente tiendo a asumir que más que un consejo de cómo vivir mejor, se está dando un veredicto sobre lo que sucedió. Estoy equivocado en general, aunque en el fondo sigo creyendo que el subconsciente político nos traiciona a todos, para un lado y para otro.
Tenés razón, lo mejor que pueden hacer es dejar el rencor de lado, para ellos es lo mejor.
Ahora, me quedan dudas de que sea sano que la sociedad en su conjunto haga lo mismo. No es piedra fundamental de la vida en sociedad el sentido de justicia y responsabilidad? El que comete un crimen debe pagar las consecuencias, siempre. No digo que esto lo dudes, creo que nadie lo duda, ni siquiera los criminales, pero como decía al inicio, me duele que se hable de una pata sin hablar de la otra. Me duele que se le aconseje a los dolientes dejar el rencor, y reconciliarse, y no se le recomiende a la sociedad buscar la justicia
Así me gusta más. Gracias.
Nadie tiene derecho siquiera a hablar sobre el dolor de los familiares, como tampoco de negarme el derecho a sentirme el primero en la fila después de ellos por lo que nos hicieron a todos los militares (como antes los otros, todos con la mejor intención seguramente, que es lo que cree defender cualquier beligerante). No lo hago, ni los juzgo (quién carámbanos soy yo para juzgar). Reflexiono. Es lo que yo hice con casi toda mi mierda vieja, y me fue bárbaro.
Tengo la ventaja de haber leído todo lo que escribí antes acerca del tema.(si te quebrás una pata o agarrás hepatitis podés darte una vuelta) y por ende sé lo que no sabés: qué pienso. Por eso, respecto de la renguera de las apreciaciones no me doy por aludido, y leer lo del 20 de mayo podría orientarte acerca de mi pensir (apócope de pensar y sentir. No digo sentar por las dudas). Es breve, claro, y la mitad habla de Peñarol ~(:)
Abrazo
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