lunes, 30 de agosto de 2010

Del Pepe al Sr. Presidente hay medio país de distancia


Intenté enviar desde mi dirección personal (con nombre, apellido y cédula, como solía hacer en otras Administraciones) mi carta al Señor Presidente y no fue posible. Tampoco hallar en la página web de Presidencia una vía directa para hacerlo. Me quedaré con las ganas, a no ser que tengas el modo y me lo hagas saber.

Gracias desde ya.

---------- Mensaje reenviado ----------
De: CS <s.c@gmail.com>
Fecha: 24 de agosto de 2010 15:32
Asunto: Del Pepe al Sr. Presidente hay medio país de distancia
Para:
presidente@presidencia.gub.uy


Sr. Presidente de la República
Don José Alberto Mujica Cordano

De mi mayor consideración:

Motiva la presente poner en su conocimiento el profundo desagrado que me embarga ante la reiteración de actitudes de su parte reñidas con su condición de Presidente de todos los uruguayos.

Déjeme decir ante todo que -sin ser votante suyo ni compartir su prédica política histórica- mantengo unas cuantas coincidencias con la reciente y algunas menos con su accionar presidencial; todo lo cual está descrito en diversas columnas en el blog cuyo link obra al pie.

Dicha coincidencia, empero, no me impide señalar dos hechos que originan el estado de ánimo que trasluce esta comunicación.

Hace no demasiado tiempo, salió Usted vehementemente en defensa del hoy defenestrado Sr. Fabregat, aduciendo supuestos beneficios aportados por alguien inequívocamente mal contratado en lo formal y en lo técnico, argumentos que rápida y dolorosamente se demostraron inexactos por decir lo menos. Insólitamente, quien le indujo a semejante gazapo aún sigue en su cargo, ya que ni ella ha tenido la delicadeza de renunciar tras haberle expuesto al escarnio, ni Usted la determinación necesaria para exigírselo en defensa de la imagen del Primer Mandatario de los orientales, ridiculizada en la ocasión por obra de esta buena señora.

Nunca explicó a la población por qué la mantiene en su puesto a la responsable de semejante irregularidad administrativa y del pelotazo que le hizo decir, lo que habilita a que cada uno quede libre de interpretarlo. Así, el suscrito piensa: lo hizo para no agitar más la interna y no pagar el precio político frente a la oposición. Y eso -a mi modesto criterio- está más que mal, pues sólo suma en una cadena de desaciertos.

Escuché por allí que su colega de ANTEL intentaría reincidir en la contratación: apúrese Presidente y échela, o le hace otro favor de esos y, en su estado y circunstancia, está fea la cosa para revolcones.

Hoy, 24 de agosto, se presentó Usted en la casa de los Dres.Fernández y Salom para manifestarles vaya uno a saber qué, porque -malgré su reconocida locuacidad- nuevamente calla y de igual manera su gesto inexplicable y (tal vez, por ello) inexplicado) abre el flanco de la interpretación.

El connotado catedrático y jurista (que no Señor), manifestó públicamente que había "...recibido el respaldo del viejo compañero, que es nada menos que el Presidente de la República..." y que a Usted "... no tenía nada que explicarle...". Yo no sé por qué a Usted no, pero al resto de la gente honesta y buena de este país, mire que sí Presidente; y mucho. Y ahora tiene Usted también que explicarme desde cuándo es tarea del Presidente de la República aquietar la interna de su Fuerza Política. Si es para aquietar, la momia que lo preside está más que bien dotada.

He aquí el centro de mi malestar: no sólo me parece espantoso que haga Usted lo que hizo, sino que me es completamente incómodo (por obvio) recordarle que su investidura le ata a un compromiso superior: ser quien preside el país de y para todos, no sólo el de los frenteamplistas (apenas la mitad de los votantes, menos de la mitad de los residentes), ni del aún más reducido grupo de los que piensan que la visitada pareja es inocente en el escándalo que denunció Brecha.

No prejuzgo: sólo le cuento la opinión mayoritaria de la gente de a pie, la que supo Usted conocer y frecuentar, que ya pensaba que era un asco que Gonzalo Fernández ocupara cargos de primerísimo nivel y defendiera delincuentes poderosos como los de La Pasiva y a los testaferros de los Peirano (guiando asimismo con su accionar el de la supuesta defensa de éstos) todos los cuales le pagan al Secretario de la Presidencia, Canciller y Ministro de Defensa con dinero robado.

Tengo que reconocer que todo ello es bastante más asqueroso que la Ley Salom y la defensa de otro delincuente de cuello blanco por parte de la Asesora legal de una bancada, casualmente, relacionada sentimentalmente con el asqueroso arriba mencionado y ahora visitado; lo que tampoco es pecata minuta.

Pero que ahora que se sabe que con su intervención directa han promovido la clausura del procesamiento de los Peirano y demás encausados (bien que aún quede por dirimir la apelación y la posibilidad de que lo sean por otro delito), que Usted -en el tiempo que le pagamos todos- los visite y (para peor) respalde "como Compañero", es simplemente infumable para este modesto escribidor.

Disculpe Usted que le expropie revolucionariamente tiempo de su ocupada agenda (si es que llega a leer estas líneas, que ya terminan) pero -si le sobra como para este tipo de saliditas- como ciudadano me siento con derecho a ocupárselo con sus consecuencias en mi estómago.

Sin otro particular, agradezco la gentileza de su atención y le saludo, cordialmente, con todo respeto.


(Sigue firma y Cédula, eliminados para mantener mi privacidad)