viernes, 27 de noviembre de 2009

Un río de libertad


Hoy es 27 de noviembre. ¿Y qué?, me preguntan casi todos los que tienen menos de 18 años, y -lamentablemente- muchos que ya son grandecitos.

¿Cómo "y qué"? ¿No te acordás del 27 de noviembre? ¿Del río de libertad? ¿No te acordás de Candeau, el último domingo de noviembre del 83', por un Uruguay sin exclusiones?

La sucesión de datos recordatorios da resultado, y los que por entonces vivían en Uruguay y tenían acceso a información, recuerdan. Los demás, no.

Suena un poco triste, o mejor dicho ingrato, pero está bien. A lo bueno uno se acostumbra pronto, y esto que vivimos hoy, aunque no sea tan bueno como podría, es infinitamente mejor que aquello.

Mal o bien, cada uno hoy hace de su capa un sayo (los que lo deseen pueden leer de su culo un pito), y nadie que se arrogue el poder de obligarlo a hacer algo que no quiera, dura mucho en el ejercicio de ese rol.

Aquella fue una época absolutamente especial, para mí una especie de Woodstock político (por la comunión, no por el barro o el bochinche) donde los mejores deseos de Paz y Amor (o lo que signifique en lenguaje político aquella maravillosa y preclara consigna) se conjugaban en todos y cada uno de los espacios que íbamos conquistando.

Los que me conocen bien saben que mi actitud de entonces era mucho más participativa que la de hoy, habiendo sido partícipe incluso de uno de los hitos en la Historia de la política del Uruguay, cuando representantes de todos los partidos y organizaciones sociales construimos laboriosamente posiciones de consenso en todos los documentos que se presentaron en el Festival de la Juventud y los Estudiantes de 1985 en Moscú.

De aquel trabajo participaron, por nombrar a algunos notorios representantes del hoy político del país, Pablo Mieres, León Lev, Washington Abdala, Javier Barrios, José Bayardi, Pablo Iturralde y Jorge Gandini. Si tuviera sus direcciones personales, les haría llegar este mail, sólo para recordarles que se puede: sólo hay que querer.

Y porque guardo intacta aquella ilusión, en el rincón del corazón destinado a mis mejores sueños, quiero pedirle a todos los que conservan la esperanza de que el sistema político sea el motor de los cambios que se necesitan para que el imaginario colectivo salga del pantano en el que quién sabe cómo se metió, que le recuerden a sus representantes aquel espíritu de los ochenta; que les pidan, nada más, que quieran, y adquieran la grandeza que les permita privilegiar el encuentro (así, con minúscula), dejando de lado el interés.

Yo hace un tiempo decidí tomar por el camino de no pedirle a nadie que cambie: bastante trabajo me da tratar de cambiar yo, y así -en la medida en que lo consiga aunque sea modestamente- transformar para bien el pedazo del mundo en el que directamente me toca actuar.

Para los que no puedan con la náusea de pensar en política (no es mi caso, pero lamentablemente son muchos) les recomiendo este camino. La suma de todos los pequeños cambios individuales resulta en una mejora real maravillosamente constatable, que no depende de nadie más que de uno. Peligro: no hay excusas.

Sea cual sea el camino que tomen (también pueden decidir dejar todo como está), me van a tener al lado, para lo que necesiten, por el único precio de tener que recibir estos mails de vez en cuando.

Mientras, sigamos refrescándonos y bebiendo con alegría, en el río de libertad que entre todos construimos, y mantenemos limpio, fresco y vivo.

Feliz 27 de noviembre.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Receta sencilla para el "Achtung Juden rosado"


Los días posteriores al 25 de octubre fueron de mucho dolor.


Mis hijos, quien escribe, y todos los que tomamos la posición de no apoyar el plebiscito contra la Ley de Caducidad recibimos descalificaciones e insultos de todo calibre, y tuvimos que soportar una especie de reiteración de las prácticas nazis, un "Achtung: Juden" al revés que -en lugar de estrellas amarillas en los marcados por los "puros"- consistía en que éstos siguieran con las escarapelas puestas diciendo "Yo no soy uno de esos".


Los muros (virtuales o reales) siguieron altisonantes, llenos de descalificaciones y autoproclamaciones de presunta superioridad que deberían sonar extrañas en boca de un colectivo dos veces desairado por el electorado; que no lo son tanto atento al perfil psico-político y la cultura antiliberal de buena parte de esa militancia.


Pacientemente esperé, porque recordaba que tenía esto escrito hace tantos años; cuya desoladora vigencia me duele cada mañana, como los huesos. Hoy es el día


----- Original Message -----

From: Lic. Eldo Lappe

To:

Sent: Wednesday, November 26, 1998 8:41 PM Subject: FELIZ 26 DE NOVIEMBRE

Hola.

Es raro.

Cuando empecé a pensar en escribir este mail tenía unas ganas bárbaras de que el subject fuera: 30.000 veces feliz cumpleaños, Don Augustito. Pero ahora ...

La vida me regaló hoy dos momentos fantásticos. Cuando me levanté, encontré pronta para ser arrojada a la basura una revista que una amiga me prestó en 1994, en la que encontré dos artículos que para aquél momento me resultaron muy útiles; en cuya última página venía este artículo; tomado de "Cuando la gente buena sufre", Harold Kushner, Editorial EMECE.

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Una pregunta esencial

Somos capaces de soportar cualquier carga si pensamos que lo que estamos haciendo tiene un significado. Sin embargo, las cosas "malas" que nos suceden durante nuestra vida carecen espontáneamente de significado.

Somos nosotros quienes podemos dárselo. Podemos redimir estas tragedias de su carencia de sentido, imponiéndoles un significado desde nosotros mismos. Las preguntas que debemos hacernos no son "¿Por qué me sucede esto a mí? o ¿Qué hice para merecer esto?, porque esas son preguntas inútiles y sin respuesta. Sería preferible preguntarnos "Ahora que me ha sucedido esto: ¿qué voy a hacer al respecto?

Martin Gray, sobreviviente del Ghetto de Varsovia y del Holocausto cuenta que logró rehacer su vida. Tuvo éxito económico, se casó y formó una familia. La vida le parecía buena, más allá de los horrores del campo de concentración. Un día su esposa e hijos fallecieron cuando un incendio forestal destruyó su casa en el Sur de Francia. Gray estaba desesperado: esta nueva tragedia lo llevó al borde de la locura.

La gente insistía en que exigiera una investigación para averiguar las causas del incendio, pero él prefirió emplear sus recursos en un movimiento para proteger a la naturaleza de incendios futuros.

Explicó que una investigación se concentraría únicamente en el pasado, en cuestiones de dolor, pena y culpa. Lo enfrentaría con otras personas (" - ¡Alguien cometió una negligencia!. ¿De quién fue la culpa?"), y buscar un villano, acusar a otro por el dolor propio, sólo deja más sola a una persona. La vida, concluyó, debe ser vivida por algo, no contra algo.

Nosotros también podemos superar las preguntas que se concentran en el pasado y en el dolor y hacernos, en cambio, la pregunta que abre las puertas del presente y el futuro:

"Ahora que me ha sucedido esto: ¿qué voy a hacer al respecto? "

Los hechos de la vida y de la muerte son neutrales. Nosotros, con nuestra respuesta, le damos al sufrimiento su significado. Las enfermedades, los accidentes, las crisis económicas, las tragedias humanas matan personas. Pero no matan, necesariamente, la vida o la fe.

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Si hubiera sido lo único bueno del día, hubiera valido la pena compartirlo, ¿verdad?

El segundo regalo fue que a las diez de la mañana, mientras estaba escribiendo el texto de un espectáculo que empiezo a imaginar, llegó Oscar Guajardo, mi amigo chileno. Venía a compartir un precioso informe que le hizo una Inspectora por su trabajo con niños con capacidades diferentes con los que trabaja en algunas escuelas públicas de zonas socialmente deprimidas.

Estábamos conversando, olvidados de todo, cuando en la radio que escuchábamos el tono del locutor que interrumpió la música se impuso a nuestra alegre distancia y nos contó que, con su inmunidad, había comenzado a terminar la impunidad del General Pinochet.

Un abrazo de esos que gracias a Dios he podido saber lo que son, nos unió por largos segundos, mientras la emoción nos abarcaba en toda su dimensión. A los pocos minutos llamé a Roberto, otro amigo con amigos en Punta Arenas (y bajo muchas arenas), quien no se había enterado, y me bendijo como portador de tan buenas nuevas.

Y ahora, a las tres de la tarde de un día que empezó gris pero que poco a poco parece querer tomar tono festivo, cuando quiero mandarles el mail, comienzo a dudar, a no saber qué escribir, por no saber lo que siento. Y lo voy analizando con ustedes mientras escribo.

En un principio no me quedó claro. Era como que la irrupción del espíritu del artículo me había cortado el festejo; pero no. Ahora entendí: me parece que ya fue suficiente.

Que esos segundos con mis dos amigos ocuparon todo el tiempo que merece en mi vida y en mi corazón un ser como el hoy (por razones tan felizmente diferentes) notorio militar.

Y que todo el amor y la solidaridad con sus víctimas, más todo el festejo del mundo por la caída de este hijo de puta, no mitigarán el dolor pasado, como tampoco todo el rencor del mundo servirá para nada.

Sin parecerme mal que le juzguen y condenen quienes se sientan capaces de hacerlo, creo que nada de lo que le suceda en lo que le quede de vida será lo que Pinochet merece.

Y ahora me doy cuenta que ya tampoco se lo deseo. Este es el tercer regalo que me ha hecho este glorioso día.

Por eso lo del subject.

Un beso y/o un abrazo. Tú eliges.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Caso Feldman: Gritos y susurros. Y un silencio estrepitoso.


Me sorprende grandemente la reacción que observo en relación al emplazamiento formulado por el Dr. Jorge Batlle al candidato presidencial Sr. José Mujica Cordano y al Sr. Julio Marenales Sáenz.

Nada afirmó el ex Presidente, sino que -simplemente- manifestó (públicamente y ante la Justicia) su inquietud respecto de la posible existencia de un aparato armado para-estatal (por ende ilegal), y -atento a los antecedentes de ambos- les solicitó públicamente manifestaran su desvinculación del mismo. Tener muchos años, ser protagonista de la historia política reciente, saber leer y haber sido blanco militar de ambos otorga al Dr. Batlle, me parece, credenciales como para hacerlo.

Hago especial énfasis en señalar la justicia de la afirmación "atento a los antecedentes de ambos", ya que es público y notorio que no una sino dos veces en treinta años (ambas en el marco de la más plena vigencia posible del Estado de Derecho) el MLN que ambos integraban organizó estructuras para-militares ilegales. La primera hizo eclosión en 1961, la segunda estaba lista para probarse en 1994 en ocasión del traslado de los terroristas vascos del Hospital Filtro al Aeropuerto. Una filtración evitó la masacre. Los estaban esperando.

Nada de alocadas afirmaciones del Dr. Batlle o del suscrito. Lo primero lo sabe todo el mundo y hasta se enseña en la Escuela. Lo segundo, todo el que quiera saber, ya se puede comprar en cualquier librería un libro en el que el Sr. Jorge Zabalza da detalles del hecho y confirma el conocimiento de los hoy "emplazados", sin haber sido desmentido jamás.

El caso del Cr. Feldman es extremadamente grave. Pero, además, es extraño, y habilita reflexiones en el sentido de las del ex Presidente, ya que:

- No hay forma de que alguien lleve a cabo solitariamente una actividad como la descubierta. Ergo: hay una organización que reunió mil armas de guerra, algunas súper modernas y sofisticadas, otras (algunas robadas a las Fuerzas Armadas) datan de la época en que el MLN se integró como asociación para delinquir; pero tales que -salvo que tenga clientes en los museos de Europa- ningún traficante guarda ni vende. Raro, rarito, raro.

- La explicación del incendio de una casa destinada a almacenar armas en tal cantidad y de tal peligrosidad por cortocircuito de un enchufe no sometido a carga extrema, es inaceptable para cualquiera que sepa de electricidad. Ergo: es razonable pensar que alguien que sabía lo que allí se guardaba incendió el local y puso la mira del Estado sobre el hoy finado Contador. Raro. Más que raro, feo.

- La forma en que se condujo la Policía en el caso es por demás extraña. No soy experto, pero puedo observar dos anomalías graves en el procedimiento.
1) El descabellado modo de aproximación inicial. Ni el estúpido que esto escribe va sin chaleco, casco ni respaldo de fuego directo a buscar al dueño de un arsenal así, sea éste traficante de armas, guerrillero o chorro belicoso nomás.

2) Mediando indicación precisa del Juez de intentar detener al responsable con vida, en lugar de sitiar la casa y obligarlo a salir por desgaste (o mediante gases, ultrasonido, invasión de pulgas amaestradas o vaya a saber qué medios de esos que vemos todos los días en la tele usan las Policías del mundo), entraron a sangre y fuego, acribillándolo en el suelo. La autopsia revelaría que se suicidó, pero la Policía intentó matarlo por todas las vías a su alcance. Porque mató a un compañero, se dirá. ¿Y quién lo mandó inerme a hacerse matar? ¿Raro, feo, poco profesional o intencional? No se necesita ser escritor de policiales para dudar. No afirmo nada: explico y hago mías las dudas del inefable Jorge.

- Cuesta comprender la celeridad con la que el Ministro del Interior y el Juez salieron a la Prensa a decir que era un caso sin implicaciones políticas; lo cual está por verse al día de hoy, e implica un prejuzgamiento inadmisible y una politización de asuntos estrictamente judiciales. Esto no es raro. Al menos no últimamente.

- Más aún cuesta comprender que -en lugar de lisa y llanamente decir "¿Qué dijo Jorge? Ah ta: Jorge... Jorgito... Bueh... no. No tengo nada que ver " y poner punto final al tema- salieran los implicados y sus adláteres (políticos y de la barra del fierro) a descalificar al Dr. Batlle acusándolo desde de desequilibrado y demente senil hasta de impotente. Para un diputadito que aún usa su alias, para un ex Ministro en cuyo Ministerio se cobra indebidamente y organizan concursos digitados, vaya y pase. Para un presidenciable en carrera, adiós unos cuantos votos hasta entonces dubitativos.

Eso sí: de desmentir algo, de desvincularse del arsenal y sus implicaciones, nada.

Si hay algo que se les puede reconocer a ambos es coherencia: jamás lo hicieron tras la publicación de información insospechable acerca de la asonada del 24 de agosto de 1994 (que costó dos vidas, recuerdo al pasar), como tampoco confirmaron públicamente, ellos ni ninguno de sus camaradas de armas, su convicción de que la vía armada está descartada. Obligados por la pregunta, dijeron: " Ahora el camino es el de las urnas". Lo cual, para quien quiera entender lo que se dice y no escuchar lo que quiere, es no negar que -en otro momento y coyuntura- la vía armada es aceptable.

Por lo expuesto, no me duelen prendas al señalar que comparto plenamente que una declaración en el sentido solicitado traería tranquilidad a la población y aventaría una sombra que oscurece el panorama electoral; no precisamente por obra y decisión del Dr. Jorge Batlle, a quien -es sabido por quienes me conocen bien- no me unen vínculos de ninguna naturaleza ni simpatía política o personal alguna.

Gracias por tu atención.