lunes, 8 de junio de 2009

Confesiones de un Políticamente Incorrecto

No hay caso. Soy un tipo políticamente incorrecto.

Me recuerdo desde siempre con dificultades para hacer la plancha; qué decir de dejarme ir a favor de la corriente. ¿Será congénito? Un muchacho que sabe me dijo que eso no está en mi Carta Natal, así que no: debe ser porque siempre hago lo mismo. Por ejemplo, pensar frecuente y profundamente en cosas que a casi nadie se le antojan importantes tales como la ética, la lógica, los sentimientos y el parecer de los demás. O preguntarme por qué el consenso maravilloso que nos unía a la salida de la dictadura es sólo un lindo y suavemente doloroso recuerdo; o por qué cada vez que me pongo a mirar con atención me reconozco un poco menos en el Uruguay de hoy.

Hay algo peor aún. No sólo pienso: también lo digo (a veces hasta lo escribo) y en difícil, para completar.

Algunas personas dicen que lo hago muy bien, que por qué no me dedico. A escribir, digo. Lo otro no sé si me sale bien, pero sí solito, sin necesidad de exhortación. En realidad, creo que eso es lo que me dicen. Al escuchar las palabras mágicas (“Estuve leyendo lo que me mandaste, Eldo. ¿Cómo decirte? Estee… no te puedo explicar lo que sentí. ¿Por qué no te dedicás…?”) no consigo terminar de escuchar (probablemente digan “… a las 8 horas.”); y ensueño con un destino literario glorioso.

Como el de Benedetti, por ejemplo. Quién te dice que no pueda yo llegar a ser un escritor facilongo, predecible, técnicamente de media tabla para abajo al lado de sus colegas locales, suficientemente revolucionario como para exilarme el primer año en Cuba y los diez restantes en Madrid sin recibir crítica alguna de los compañeros; que saben que utilizo mi tiempo en escribir todo aquello que quieren escuchar, y proclamo que mi literatura está al servicio de mis ideas. (En la época AM (antes de Mario) yo creía que debía ser al revés, pero seguro que por ese camino se llega a ser un buen escritor universal, no el poeta del Uruguay errante). Pasada la tormenta podría volverme al paisito, vivir de mis derechos de autor con tranquila sencillez republicana hasta morir de viejo, proceso y desenlace insólitamente destacados por los Medios de la oligarquía (a cuyos propietarios hubiera fusilado de estar en el poder). A lo mejor hasta podría tener unos esponsales repletos de gente que dice que está triste y que soy lo más grande que hay; la mayoría de la cual si leyó el 10% de lo que escribí es mucho. Eso sí: una multitud tan pero tan culta y buena que tal vez alguno hasta me atribuya la autoría de Cien años de soledad. Si a él se le dio...

Perdón, me fui del tema: Políticamente incorrecto decía. ¿Por qué era? ¡Ah si! Ya me acordé.

Los PI podemos bromear (públicamente, digo, en privado cualquiera lo hace) con cosas tales como una frase del Sr. Presidente que tal vez ponga luz al hecho de que sólo personalidades ideológicamente afines con el extinto mencionado ut supra manifestaron su pesar humano y cultural. “Los hombres como Mario no mueren: se siembran”. Originalísimo el Presi en el uso de una frase que se repite hace décadas con un comienzo diferente. Hasta ahora, que yo sepa, eran los Socialistas los que recibían un tratamiento tan “radical” (esto es: ser enterrados para que germinen y florezcan, aunque no mueren. O sea: vivos). La verdad, viendo a algunos representantes de la estirpe que hablan de sensaciones térmicas, se bañan para la foto después de revistar a caballo, o están más afines a hacer gargánaras con tinto que a ejercer la Diplomacia, la idea no parece tan mala. Menos mal que a Mario lo esperaron hasta el final, si no, otra que Solé.

Otra vez me fui de tema.

Estoy empezando a pensar en escribir en serio (no ahora, no te ilusiones). Ya tengo hasta el nombre: “Manual del perfecto Políticamente Incorrecto”, que reúne concisión, vuelo poético, claridad y hasta rima. Estaría destinado a ayudar a aquellos que sufren esta incomodidad crónica y no se dan cuenta del porqué. Pensé en ponerle “El incorrecto político”, pero son demasiados los que podrían sentirse aludidos, y en una de esas alguno me reta a duelo o me pide derechos de autor.

Comenzaría así:

Para saber definitivamente si es Usted un PPI, vea cuántas coincidencias reúne con la siguiente descripción:

1) Tiene calambres, palpitaciones o sudor frío al leer este menú electoral:

- Propuesta de gobierno de la Izquierda (devenida en centroizquierda)en el Gobierno: Más de lo mismo pero con nabo, chorizo, pindonga, mate y bicicleta, sin Gillette, traje, sonrisa perfecta, abrazo al Obispo ni mansión en El Prado. Pintó congreso estilo PCUS de los 40’, con votación a mano alzada, claro, and the winner iiiiis: Ultrapepón, el guerrillero indestructible. Verborrágico, soñador y rasqueta, este prototipo de guerrero universal viene equipado con discurso diletante y morigerado (a prepo), sin chip de reconocimiento de errores en el 62’, el 72’, en el Filtro, durante este Gobierno ni nunca; ni mucho menos que con él de Vice podrían haber ganado en primera vuelta y ahora hasta pueden perder. Dios nos libre de ello (y de lo contrario), pero pueden.

- Propuesta de gobierno de la Derecha (devenida en Centroddd… bue, dice el Guapo que en Centro) que ya estuvo y dice que sabe cómo hacerlo: Más de lo mismo con olor a 90’s con menos sex & drinks & rock n’ roll, pero más cumbia, mulatas y muletas, algún patricio no tan visible (procurando suavizar el perfil) y algún vándalo dado de baja visando terminar el mandato sin trajes a rayas en el elenco. ¿Y ahora quién podrá defendernos de la chusma marxistoide? Cual Lázaro resucitado por un milagro (que puede ser cualquier cosa menos divino), el (flor de) ave Fénix de la política orientala, el Invasor de la hípica electoral, el último representante del Ancien Régime, el único que reconoce errores (pero no muchos) e insiste con que -como decía el Tío Tom- “con los blancos se vive mejor” (Grenno, Cambón y la Banca internacional están de acuerdo) y, como si esto fuera poco, el único candidato criollo con nombre de galletita inglesa: ¡Coooooooookie the Fiiiiiiirst!!!!. Avotáravotar Avotáravotar porunUruguaylibryfeliiii Avotáravotar Avotáravotar avotarotravezalQKiiiii.


- Propuesta de la Derecha (que tampoco se reconoce como tal, fleco punzó del otrora gigantesco “poncho de los pobres”, detrito del Partido que inventó la Socialdemocracia e hizo de Uruguay un faro para el mundo durante setenta años y que en veinte lo transformó en uno donde hay gente que usa la Biblioteca Nacional de cartelera, el Parque Batlle de casa y el edificio de El Día para timbear): Nada bien envuelta, maquillada con toques cosméticos marca “Renovación” y “Rubor colorado y batllista”, lompa y campera del PC Shopping, sin sobretodo. Bien dicen que el invento mata al inventor: en el primer partido donde hubo internas, emergido de los lodos de tener padre ganadero, fascista y golpista, un outsider con nombre de Apóstol, más pasarela que Eunice y más oportunismo que el Grillo Biscaizacú, ganará sin despeinarse la Copa “J y J, Generales de la derrota”; y el ya no Partido sino Triturado Colorado victoriosamente va a cosechar un 9%. Tamo' en el horno.

- Propuesta de la Izquierda (la ultra, la que escribía el discurso cuando el oficialismo de hoy era oposición, pero que ahora, con el mismo discurso, parece que no representa a nadie): Más de lo mismo, oscilando en su coherencia ideológica y respeto por la libertad entre la Corea del Norte de los lugartenientes de Pol Pot y la Venezuela del comandante Hugo Poquénotecáias. (De Cuba y China, no comment, hasta que quede claro si Raúl es un verdadero revolucionario o gusano imperialista, Tian-an-men es un invento de la CNN o el Salsipuedes posmaoísta, y si la Dictadura del Proletariado puede admitir algún paso atrás de subido color capitalista para lanzarnos definitivamente a tomar el Palacio Salvo. Esto lo discutiremos en el próximo Congreso, que va a ser en el bus, mientras vamos a apoyar cantarle el tercer Quelohcumplafelí al piquete de Arroyo Verde).

Puf. Se alargó la cosa. Si te parece bonito, en la próxima te mando más. Si se te ocurren temas a incluir, te ruego me los hagas llegar. Si no querés recibir más de estas epístolas, con decirlo alcanza; no hay por qué denunciarme a ANTEL, Defensa del Consumidor, el Cachete Espert, Tenfield o el Ku Klux Clan.

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