El veinte de noviembre de 2009 publiqué lo que sigue. La perseverancia de los brutos y me incapacidad de escribir dos veces sobre lo mismo sin repetirme me ponen en la necesidad de hacerlo nuevamente.
“Un amigo me llamó para decirme (sorprendiéndome mucho, pues es un tipo con un gran gusto y fuerte arraigo a lo formal) que le había encantado la versión del Himno ejecutada (nunca mejor utilizada la expresión) anoche en el Estadio. Una amiga con más flexibilidad e idéntico apego por lo “bueno” escribió lo que sigue. Ambos me forzaron a replicar. Lo siento. La culpa es de ellos.
“… a mi me encanto esta versión. Afinada, bien acompañada y completa!!! y a los que dicen que esto no es cultura y que lo único que falta es que ahora tengamos que cantar el himno así, les digo: somos unos de los últimos en poder tener una versión para un evento popular mas cool !!!! He escuchado versiones del himno brasilero por Caetano, Be, Gilberto, Casa da fariña, etc, alucinantes sin que por eso alguien se altere o deba volverse version oficial!!!!!! Ademas, haciendo memoria, recordemos a Isadora bailando la Marsellesa (repito:BAILANDO), encima desnuda y envuelta en la bandera, un horror verdad??? O nos agarra la maldicion de Malinche y pasa a ser cultura??? Anyway, respeto la opinion de otros ....a mi me encanto! Mis saludos freddy (sorry Mercury, esta vez le toca a Bessio, aca en mi paisito).”
E.L: - Ali: he sido beneficiario de tu generosidad y esta vez me parece que tocaste una cúspide difícilmente alcanzable. Comparar las versiones MPB del Himno brasilero con el mamarracho culturesco oficialista de anoche, “ é demais amiga, é demais”. Y poner las grotescas cabriolas del Marqués o los bateristas de la Catalina junto a Isadora me dice que -o bien estás por ascender de nivel espiritual a base de tanto amor incondicional- o te pegó mal el trago.
Ahora mi fundamentación. Previo a ella, quiero aclarar que me consta que hay dos que no se discuten: los sentimientos y los gustos. Dicho lo cual, afirmo: en esto no hay democracia, gracias a Dios y/o a Don Pepe Batlle y, aunque me demostraran que a todos los demás uruguayos le gustó lo de anoche, seguiría sin compartirlo. No sólo por el absurdo de aquello de que millones de moscas no pueden estar equivocadas, sino porque no me gusta y punto. Pero, además, me parece mal; que no es lo mismo.
El Himno (sobre todo en un país laico) es parte de uno de los pocos rituales sagrados que hay; y los rituales son siempre de la misma forma. La Iglesia Católica metió la guitarrita en las misas a ver si atraía a los jóvenes y lo que consiguió fue casi matar el Canto litúrgico: ni un joven más asiste, salvo los cinco que cantan y hacen chingui chingui (que hubieran ido igual hicieran los curas lo que hicieran).
Murguearlo, pues, no va a hacer que la gente lo entienda, quiera sienta y/o cante más ni mejor. Anoche quedó claro: en vez de usarlo para lo que lo ponen (que es para exacerbar el espíritu patriotero y guerrerista de la hinchada, envalentonar a propios y asustar ajenos), la gente se quedó callada, algunos bailando y otros puteando bajito.
Para no ser (una vez más) acusado de elitista culturoso y antipopular, les recuerdo que fui integrante de los elencos fundacionales de “La Reina de la Teja” y “Falta y Resto”; y fallido miembro (con perdón) de la BCG. Por si esto fuera poco, para respaldar mi posición contraria citaré, no a Rodó ni a Ignacio de Posadas, sino a Carlos Modernell (el Dios Verde, uno de los creadores más encumbrados del Carnaval):
"Fue en noches de carnavales que escuchamos al pasar la pregunta de aquél niño: ¿qué es una murga Papá? Murga es (bla bla) ... quijotesca bufonada que se aplaude con cariño…".
Bufonada viene de bufo y también bufón, el payaso más ridículo de todos; para peor, alcahuete del Rey. Decir "Orientales: la Patria o la tumba. Libertad o con gloria morir… de este do’ sacrosanto la Gloria merecimos. ¡¡¡Tiranos temblad!!! " no es cosa de bufones, de alcahuetes, ni de tipos con la cara pintada haciendo morisquetas y cabriolas al son del acordeón; es cosa de guapos decididos a dar la vida por el don supremo: la libertad; y su interpretación y canto requiere no acartonamiento pero sí solemnidad, intención épica y una tesitura mental, espiritual y física que nada tienen que ver con el canyengue, por lindo y recomendable que este sea para los momentos distendidos.
Pese a lo que afirmo, no pienso que no se pueda versionar con calidad: lo que no se puede es payasear con el Himno, por muchos Jaimes, Fattos o Sobre-primos vendepanchos ascendidos a estrellas con que me lo envuelvan, riquísimos macrós de hombres que lo financien y alquilones multimedia que lo aplaudan.
“La murga es lo más uruguayo” escuché decir hoy. Falso. En medio de la campaña más falaz de la Historia electoral oriental, no me extraña, pero es falso. La murga es andaluza (gaditana para ser exacto), le gusta a menos de la mitad de los montevideanos, con suerte, y el resto la ignora olímpicamente o la deplora en silencio. O sea que por voto popular no es la cosa. (*)
Además, uruguayo es el dulce de leche, pero no canto el himno comiéndolo, uruguaya es la percha, pero no me meto una en el cuello para cantar el himno, uruguayo es el Handball y no canto “y muriendo también libertá” pelota en mano y corriendo en calzoncillos vistosos; y uruguayas son las Llamadas y el toque de tambor de Cuareim, pero no se me ocurre decir que Yambo Kenya es artísticamente superior a la Filarmónica con el Ballet del Sodre, o que Tina Ferreira baila mejor que Graciela Figueroa. Por fin: uruguaya es la idea de la Coronaria Móvil, y allí voy a terminar, con un ataque de marismo, si esta abominación se generaliza.
Hoy, también leí esto, en una pretendida defensa del primer triste espectáculo patrio que tuvo lugar anoche en el Circo Máximo: "… la ejecución del himno en el Estadio rompe con la dependencia colonial de la que parten las letras y las músicas de los himnos sudamericanos, tan en deuda con la lírica europea del siglo XIX".
Replico: no hay tal dependencia ni es colonial: es lo que se denomina cultura popular uruguaya de la época, ya que el pueblo no estaba en deuda sino que era casi íntegramente heredero de la sangre, la lengua y el alma europeas. La propia murga es un detrito artístico europeo, proveniente de las fiestas más vulgares (esto es del pueblo de más baja condición educativa). Además, lo bueno, sutil y elevado es bueno, sutil y elevado venga de donde venga, al igual que lo basto, grosero y pobre.
Al pueblo no hay que darle basura para que entienda: hay que llevarlo a los conciertos, al Teatro y al Ballet, para que pueda elegir. Hay que devolverle a la Escuela, al Liceo y al barrio la función de siembra de toda la cultura (no sólo la que hoy es oficial) y de elevación de miras y valores. Si no, estamos fritos; y seremos, más temprano que tarde (si es que ya no somos) la Provincia rebelde de la República Argentinellina.
Acabo de descubrir que esto no es con el Freddy o el Jaime. En realidad lo que me pasa es que estoy desolado, y lo que me desuela es la decadencia. Peor: no sólo que ésta sea, sino que además estemos cada vez más brutos y más groseros con la barra popular la plebe eructando, la culturosa aplaudiendo, y todo con venia oficial.
La verdad: tengo miedo. Hace poco, quisieron sacar a pasear a Artigas. Ahora inventan esto. En cualquier momento le van a querer cambiar el uniforme a los Blandengues y sacarlos a la calle de dominó y sombrero de paja, con escoba en vez de fusil, o pasar la Marcha de San Lorenzo a ritmo de cumbia villera (con pasito copado de los milicos y todo).
Les propongo otra innovación, si es que así hemos de seguir: en el escudo, pongan un burro en lugar del caballo, el perfil del Casabó en lugar del Cerro, un chancho en vez de la vaca (total, el último antecedente del divo Bessio es una propaganda de panchos, qué me vienen con cantar en la Scalla), y un dedito para arriba (el del medio) en vez de la balanza.
Berp. (Salió).
(*) Encuestas posteriores (UDELAR y El País) acercana un porcentaje entre el 9 y el 1 la preferencia musical por la Murga, en directa coincidencia con un perfil joven, con Enseñanza Media o Superior y frenteamplista.