Gente:
Voy a romper el silencio (no sé si veraniego, de hartazgo o vaya uno a saber), que me auto impuse. Creo que no para bien, pero no puedo callar: se me desbordó el vaso.
Vengo de leer esta noticia
GOBIERNO
Preparan medidas para atacar el núcleo duro de los desempleados
El Ministerio de Trabajo analizará pagar a los jóvenes que no estudian ni trabajan para que lo hagan; se lanzará una política activa para incentivar a las empresas a tomar a empleados no calificados
El gobierno está decidido a desplegar una política agresiva para atacar el núcleo duro de la población que, a pesar del momento de crecimiento de la economía, no logra ingresar al mercado laboral.
El ministro de Trabajo, Eduardo Brenta, adelantó a El Observador que comenzará a trabajar sobre una serie de ideas para favorecer la inserción laboral. La primera es fortalecer la capacitación y la segunda estudiar “un subsidio” a jóvenes de entre 17 y 24 años que hoy no trabajan ni estudian, quienes como contrapartida, para recibir el beneficio, deberán trabajar y estudiar. La Encuesta Continua de Hogares del Instituto Nacional de Estadística determinó que ese sector está compuesto por unos 100 mil adolescentes. El costo de su implementación no está determinado y para el ministro ese no debería ser el centro del debate en un país donde la carencia de recursos humanos puede frenar el desarrollo de la economía que se proyecta en expansión, al menos hasta el año 2014.
De todos modos el tema se abordará con cautela para que el incentivo a unos no se convierta en una desmotivación para otros jóvenes que están estudiando.
El ministro dijo a El Observador que el Estado deberá “asociarse a empresarios y trabajadores” y para ello quiere relanzar el programa Objetivo Empleo que, a su entender, “no tuvo interacción con las empresas a pesar de ofrecerles fuertes exoneraciones de aportes a la previsión social a las que tomen personal de ciertas características”.
Una encuesta del Ministerio de Trabajo, entre 130 empresas medianas y grandes, determinó en 2010 que el 20% afirmó tener problemas para completar su plantilla de trabajo.
El gobierno, con la actual tasa de desempleo, es consciente de que lo más pesado ahora será calificar personal, para lo cual se necesita –dijo Brenta– el compromiso de los empresarios “que deben darse cuenta que están ante un problema serio”. La falta de mano de obra ya se nota en el sector agropecuario y se teme incluso que otras actividades, como la construcción, capte personal de otros ámbitos. Los empresarios de la construcción, buscando adelantarse al problema, plantearon al Ministerio de Defensa estudiar un mecanismo que permita capacitar a militares para que trabajen en las obras, según lo comentó a El Observador, el 17 de enero, Ignacio Otegui, presidente de esa gremial. El ministro Luis Rosadilla vio con buenos ojos la iniciativa.
En los programas de capacitación para los desempleados se contemplarán no solo aspectos técnicos, sino otros vinculados a la formación en valores y a establecer una cultura de trabajo en personas que no siempre la tienen.
La herramienta clave será el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop), que hoy cuenta con un fondo que supera los US$ 50 millones y un flujo de US$ 10 millones anuales.
Con esos recursos ya instaló una serie de comités sectoriales de empleos y lo hizo con la Cámara de las Tecnologías de la Información, la construcción y el sector metalúrgico, buscando preparar recursos humanos.
El director del Inefop, Juan Manuel Rodríguez, comentó a El Observador que está en aumento el número de participantes en todos los programas de formación y adelantó que se planifica “la contribución” que puede darse para reducir la deserción de los jóvenes del sistema educativo. Se planifican módulos para el trabajo y además se ofrecerán cursos, pagando viáticos, con el fin de que los adolescentes puedan entrar al mercado laboral y no se conviertan en desempleados crónicos.
En tal sentido, Rodríguez comentó que se impulsarán acuerdos con cámaras empresariales y con grandes inversores para que tomen pasantes que están formándose en Inefop. El jerarca comentó que ahora hay más sectores de la economía dispuestos a ofrecer pasantías por la falta de personal que enfrentan.
Otra de las líneas de trabajo apuntará a la reinserción de las mujeres. Se buscarán acuerdos para que las empresas ofrezcan horarios especiales e incluso el Inefop puede financiar una parte del salario de esa trabajadora. Rodríguez comentó que con una tasa de desempleo tan baja se reducen las exigencias para entrar a trabajar.
(Observa)
Fecha:07/02/2011 | 06:50 | Montevideo, Uruguay
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A ver, a ver... Así que el núcleo duro NO INCLUYE A LOS TRABAJADORES CAPACITADOS Y/O CON EXPERIENCIA DE MÁS DE 45 AÑOS. Sólo gurises y mujeres con escasa formación.
¡Bravo! El Principio de Peter se cumple una vez más, y la incompetencia se eleva al máximo nivel. De sus posibilidades y del poder.
Me detengo por sintomático en el bonito anglicismo (cipayismo sería mejor): el "hard core" de los Manuales de cualquier consultora en Downsizing, Reingeneering, Outsourcing y todos los nombretes vergonzantes que le ponen al despiadado salvajismo de recortar trabajo y salarios mientras se aplaude la subvención de bancos. No es yankofobia: es amor por un idioma mucho más rico, una de las pocas cosas buenas que nos legaron los españoles. Bien podían haber dicho, con ventaja, núcleo, centro, esencia, bolsón, etc. Pero eso es paja: vamos al grano.
No voy a entrar en el tema del verso de la Capacitación. Si a alguien le interesa saber por qué digo verso, pida las estadísticas de inserción laboral de los egresados de los cursos de la JNE en los sectores para los que se calificaron. O pidan los planes estratégicos de la Junta, los de ahora y los de antes, sin olvidar que es un ente co-dirigido por los sindicatos. Vuelvo al punto central (para mí).
Los que originan la noticia llevan seis años en el Gobierno y -por lo que se lee- se comieron, apenas, a ese sectorcillo de personas de más de 45 años (algunas aún con responsabilidades grandes respecto de su familia y descendencia) que tenemos severísimas dificultades para obtener un lugar decoroso en el mercado de trabajo y ganarnos dignamente los garbanzos.
Somos muchísimos los que hemos debido inventar cualquier cosa para sobrevivir: dar clases de yoga, computación, guitarra y yo qué sé cuántas cosas más, hacer y vender milanesas de seitán, dulce, incienso, poner un kiosko o laburar en uno, manejar camionetas de escolares, vender ropa de bagayo en la feria, pintar casas, cortar pasto y mil etc.; todo ello alegremente sentados encima de Currículums que ojalá alguna vez en esta vida (o varias) consigan muchos de los gobernantes (de turno o anteriores) y los que sí consiguen trabajo por ser menos capaces y más jóvenes. Puedo citar varias decenas de ofertas laborales a las que aspiré en los últimos tiempos, con exigencias largamente alcanzadas (recortando groseramente el Currículum en la aspiración), en los que ni siquiera he recibido no ya una cita a primera entrevista sino un acuse de recibo. Lo más que conseguí fue que, a la semana siguiente, publicaran el aviso con límites de edad.
Me parece que los escucho: "Es que los empresarios son el diablo en calzoncillos, sólo quieren explotar y exprimir a los trabajadores, y los veteranos no aguantan. Además dicen que los viejos tienen mañas y a los gurises los hacen a su medida". Tal vez. O tal vez no. pero: además de maquillar cifras, cambiar criterios y decir que haber hecho una changa en la semana es estar ocupado, ¿qué hace el Estado de un Gobierno progresista, el poncho de los pobres, el Mago de Oz de los desamparados, quintaescencia de la solidaridad presuntamente dirigido con un espíritu renovador por la sabia mano de la Intelligentzia yorugua? Refuerza la inequidad del sector privado, poniendo un techo de 30 y 40 años en sus llamados, como si un tipo como yo, con 55 de edad y 15 años por lo menos de capacidad productiva por delante, no pudiera aportarle al gigante bobo una cuota de inteligencia y profesionalismo, como ya hice cuando tenía 30 y 40; con la ventaja de que -además de saber lo que tengo que hacer y escribir mi nombre sin faltas- no me voy a tomar los 30 días hábiles de licencia para estudiar ni voy a estar buena parte de la jornada Tweeteando o enviando mensajes de texto, y -además- me voy a retirar en unos años, dejando ese lugar para otro.
¿Por qué se pena lo que más bien es un logro, como sobrevivir en este medio y que todavía te queden ganas de laburar y dar lo mejor de ti?
¿Qué clase de disociación afectiva y mental aflige a una Sociedad que acepta que A, B o J (no quiero dar nombres porque después se flechan las lecturas) puedan dirigir Partidos (y hasta el país) con varios años más que la edad a la que obligan a cualquier funcionario a retirarse del Estado, a la vez que yo no puedo aspirar a tener un puesto medio en cualquier empresa, ni atender un mostrador en ANTEL, UTE o una Intendencia? Si le quieren llamar discriminación positiva, discrepo con el adjetivo: es discriminación, pura. dura y de la peor, ya que discrimina por algo que no se puede evitar (la edad) en vez de distinguir (y premiar) por capacidad. Dicho de otro modo: se nos condena a trabajar hasta un rato antes de la muerte (65 a 70 años para jubilarse contra 72 de expectativa de vida) sin darnos la posibilidad de hacerlo.
"Todas las personas son iguales ante la ley, no reconociéndose otra distinción entre ellas sino la de los talentos o las virtudes", dice la Constitución, pero empresas y gobiernos no sólo distinguen sino que rechazan por edad, competencia y experiencia.
En las civilizaciones más antiguas (que sobrevivieron ya bastante más que la occidental y cristiana y -si las dejan- la sobrevivirán), por ejemplo los bienamados Khoissán del Pepe que coloquiaba antes de ser Presidente), es al revés. Pero ya sabemos que son unos ignorantes, unos negros de mierda, unos indios sucios, que no saben lo que es un CEO, un MBA ni jamás hubieran inventado el PET, la PC , el celular con cámara ni el Facebook.
Disculpen por favor la salida intempestiva y la ruptura del protocolo veraniego, la inexcusable alteración de la sacrosanta Gran Siesta Patria. La noticia cayó sobre mi aún indigerida y estéril recorrida diaria del Gallito y las Bolsas electrónicas de trabajo, y los tres de Miramar.
SAVAP
Eldo Lappe