Llama la atención que el Gobierno se empeñe en mentir y ningún periodista retruque ante la flagrancia del sapo con el que el Cura Lescano y Cía nos quieren hacer comulgar como regalo navideño.
Es absolutamente falso que haya llegado tres millones de turistas a Uruguay, en 2011 ni en ningún año. Puede que sí hayan llegado esa cifra de visitantes, pero la realidad dista mucho en un caso y el otro. Hay una diferencia técnica en la denominación, que es seguro desconozca nuestro buenazo Doctor en Veterinaria metido a Ministro; pero que no quiero cometer el agravio de afirmar que no es conocida nada menos que por el Asesor Principal del Ministerio; la única persona del Staff que alguna vez tuvo vinculación, así sea menor, con el Turismo.
Cualquier estudiante de Primer Año de Hotelería o Turismo sabe que para ser turista alcanza con viajar (con finalidad no laboral o similar) por menos de doce meses a un lugar diferente al de residencia habitual, y que los turistas que interesan son los que se quedan, no los que están en el país menos de un día (en algunos casos sólo algunas horas), sin pernoctar en alojamiento pago (principal rubro del gasto turístico individual). Sería espantoso que el Asesor no lo supiera, pero imaginar que lo sabe es desolador, porque nos conduce a pensar que nos están mintiendo adrede.
El grueso de la diferencia radica en dos grandes grupos: los cruceristas y los argentinos y brasileros en tránsito terrestre. Desde que en la Administración Villar (1987-1994) desde el entonces Ministerio de Turismo se dio impulso con énfasis al respaldo de la actividad receptiva de Cruceros, no ha dejado de crecer el número de visitantes de ese tipo que llegan a nuestro país; cifra que alcanza por estos años cientos de miles (casi medio millón según el propio Ministro Lescano). Esos VISITANTES DE MENOS DE UN DÍA gastan una cifra sustancialmente menor a cualquier TURISTA real, y -hasta donde sé- el interés por que venga gente a conocernos puede ser antopológico, cultural etc.; pero es, fundamentalmente, económico y, habiendo diferencias sustanciales al respecto, es bueno reflejarlas.
El otro grupo no es medido por las encuestas del Ministerio, pero es enorme: son los turistas de nuestros dos vecinos, que van a vacacionar en el otro; los cuales ingresan por un paso de frontera y unas horas después salen por otro, sin consumir a veces ni combustible (porque siempre está más caro acá), alimentos ni bebidas (que traen de sus países) con al agregado de distorsión estadística de que son contabilizados dos veces en la cifra hoy vocingleada: cunando entran desde su país, y cuando entran desde el de su destino turístico.
El Turismo no es un tema que aparente interesar demasiado a los uruguayos, sean ciudadanos comunes, políticos, gobernantes o periodistas; pero me pareció del caso realizar estas observaciones de puro carácter técnico.
A los que hayan creído las cifras y festejado: Feliz Nabidad.
A todos, con V.