Ayer me encontré con la novia de mi hijo. Salió el tema del voto epistolar. Yo no había dicho una palabra y me dice: - Yo no voy a votar. Eso es una joda. - ¿Por qué, m’hija?, pregunté. - En casa llegan cinco sobres en cada elección (hasta el de mi abuela, que murio hace un año), y vota solo mi vieja. - ¿Y ? Está bien, los demás no sienten tener derecho a interferir en la vida política de un país en el que no viven. - No, no me entendiste, Carlos. Vota ella, cinco veces. Manda los cinco sobres con lo que se le antoja.
¿Garantías dijo?
SI. Voto por …
Preguntando estoy. ¿Leíste la redacción del artículo que se propone agregar? Es espantosa y habilita el voto epistolar desde Uruguay, pero eso no es lo peor: encomienda a la Corte Electoral hacer lo que le parezca al respecto. No al Parlamento, no al Poder Ejecutivo, no a una Constituyente: a la Corte. Una Corte que, por decir algo, no ha podido ser renovada por problemas políticos, una Corte que -integrada por quien sea, por respetable que sea- no depende de nadie, tiene y tendrá las manos libres para hacer lo que se le antoje con el tema. ¿Vamos a otorgar ese cheque en blanco?
¿Por qué ningún experto en Derecho Constitucional está de acuerdo con este plebiscito? Tal vez sea porque analizan el tema desde ese punto de vista. Y apesta.
Recojo de Internet algunos argumentos.
“Dentro o fuera del pais, si eres de Uruguay tienes derecho a votar”
¿Estás seguro? Según la Constitución y las Leyes, sólo tiene derecho (a votar o a cualquier otra cosa que devenga de integrar la República) quien vive y está en Uruguay. (Constitución, Art. 1)
Todos somos uruguayos ; y todo queremos lo mejor ;asi que apoyo al voto epistolar!!!
Buena Intención y Principios : Aprobado. Lógica y Derecho Constitucional aplazado.
Los que estamos afuera queremos poder decidir!!!
Imagina. Tu espos@ se fue de casa. Por la razón que sea. Se enamoró de otr@, necesita tiempo, quiere recuperar su identidad, no podía quedarse porque no conseguia trabajo y no quería estar colgad@, no te aguantaba más o vicecersa. El hecho es que se fue. No vive más contigo, no aporta a la vida familiar, a su sustento, a la atención de los niños, la tuya, la de sus padres, los tuyos, la Contribución, los impuestos, el seguro, la nafta o la patente del auto. No te ayuda a arreglar las roturas de la casa, a cocinar, lavar, planchar, barrer, pintar. No come la comida que cocinas, no sonríe cada día con tu alegría ni ve tus lágrimas de cansancio o frustración. No nada. No todo. A veces llama, te manda un mail o chatea contigo. En una de esas hasta te manda plata cada tanto o viene en las fiestas a buscar los gurises.
¿Vos le permitirías decidir cómo tenés que gastar tu sueldo, qué tenés que comer, qué ropa usar, con quién tener sexo, de qué color pintar las paredes, cómo manejar o mantener el auto, o a qué bailes o escuela o liceo pueden que ir los nenes? ¿Verdad que no? Cada uno manda en su casa, y en su vida. Nadie se opone a que escuches su opinión y la tengas en cuenta, pero ¿permitirle decidir? Si vale para ti, tu vida y tu casa ¿por qué no para el país?
Vota si para que el voto no sea una frontera
La frontera no la ponemos los que no votamos a favor, sino el Artículo 1 de la Constitución, que incluye en la Asociación política denominada República Oriental del Uruguay a todos aquellos que –nacidos en su territorio o no- viven en él. Alcanza con leerlo.
Artículo 1º.- La República Oriental del Uruguay es la asociación política de todos los habitantes comprendidos dentro de su territorio.
Es así, y agrega al precio de tener lo que se quiere y aquí no se consigue, pero es claro que quien emigra renuncia voluntariamente a las obligaciones y derechos que implica pertenecer a dicha Asociación. Duele, pero no hay mucho donde dudar.
Espero haber ayudado a tu reflexión. Te deseo un buen día, fin de semana, y la mejor elección.
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