2) Elimina tres garantías fundamentales (secreto, identidad y libertad de presión del votante en el acto de sufragar) .
3) Es injusta para los que nos quedamos. Imagina. Tu espos@ se fue de casa. Por la razón que sea. Por gusto, necesidad o imposibilidad de quedarse. Se fue. No vive más contigo, no aporta a la vida familiar, su sustento, la atención de los niños la tuya, la de sus padres, los tuyos, el seguro, la nafta o la patente del auto. No arregla las roturas de la casa, no te ayuda a cocinar, lavar, planchar, barrer. No come la comida que cocinas, no sonríe cada día con tu alegría ni ve tus lágrimas de cansancio o frustración. No nada. No todo. A veces llama, te manda un mail o chatea contigo. En una de esas hasta te manda plata cada tanto o viene a ver a los gurises.
¿Vos le permitirías decirte cómo tenés que gastar tu sueldo, qué tenés que comer, qué ropa usar, de qué color pintar las paredes, cómo manejar o mantener el auto o a qué escuela tienen que ir los nenes? ¿Verdad que no? Cada uno manda en su casa, y en su vida. LQQD.
4) La reforma está muy mal redactada. Habilita el voto epistolar a todos los uruguayos que tengan el derecho EN CUALQUIER PAÍS EN QUE RESIDAN O SE ENCUENTREN (ergo, acá también. O sea que... marchen tres millones de sobres con decenas o cientos de listas en cada elección nacional o municipal, más el escrutinio primario de todos los que decidamos no ir hasta el Circuito. ¿Te imaginás? La Corte tendría más empleados que el Ejército.). ¿No me crees? Leé la resolución del Parlamento (la papeleta por supuesto que no lo dice).
5) Quiero un debate parlamentario del tema serio y reflexivo , y una reforma ídem. Esta no lo es.
Un beso
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