jueves, 23 de junio de 2011

Y si, Señores: soy Aurinegro...



... Tenés que dejar el alma y el corazón, tenés que dejarlo todo por Peñarol,

y ya verás...












La Copa Libertadores no era mi obsesión, como cantan los gurises.


Tengo 55 años y he sido privilegiado testigo (nosotros no éramos actores como, ahora, sí la tribuna) del mayor esplendor de la historia deportiva profesional del país. Cinco Libertadores, tres Inter, dos quinquenios, yo qué sé cuántos uruguayos y clásicos... No todo fue miel y hojuelas, pero...¿quién se acuerda?


Sin embargo, la insistencia de la botijada me puso sobre la pista de que no era sólo un tema de rima o de fervor cantado sino una necesidad de vivir (vivenciar dicen ahora, pero está mal) la experiencia de estar en lo más alto; esa que aún les faltaba.


Allí estamos. Lo vengo diciendo hace varios partidos, y viene de confirmármelo "la Vale" (hija menor de mi Compa), que anoche, mientras saboreaba yo el amargo dulzor de perder "a lo Peñarol" me escribió:


"Nunca en mi vida había visto jugar a Peñarol una final de la Libertadores. No puedo pedir más. Ví a mi cuadro meter huevo por la Sexta, en un partido muy difícil, grité un gol en una Final y estuve a un pasito de ser el mejor de América. Inexplicable la diferencia, acostumbrada a gritar goles contra Nacional, Defensor, Danubio, River.. Vivir todo esto es lo más lindo que me regaló Peñarol. Le festejamos quedar cuarto a Uruguay,ahora, fiesta Carbonera. POBRES LOS QUE NO LO SIENTAN".


Queda poco por decir ¿verdad? como no sea:


Si es así, no es tan malo perder.



Cumplieron.



Jugaron. Pusieron. Dejaron todo por Peñarol.



No alcanzó.



No importa: nunca es tu culpa que el otro sea mejor.



Volvé a tu casa, cuando quieras.


Yo, cada día te quiero más.


SAVAP

Eldo Lappe

lunes, 20 de junio de 2011

Educación Pública Progre: del modelo Vareliano al Hood Robiniano

Cuando alguien dice exactamente lo que uno piensa y, además, lo hace tan bien, lo único que cabe es callar humildemente y divulgarlo.

Montevideo, domingo 19 de junio de 2011 Editorial PCI & PCE


Cuando toda la prensa suena alarmada...


por CARLOS MAGGI


La senadora Lucía Topolansky hizo una observación inteligente: - "Me llama la atención una especie de lobby mediático que se hace desde el liceo Bauzá".


Sí. Es raro que tanta prensa se ocupe de eso. Ha de ser porque en ese punto exacto está el cerno de la cuestión que más interesa. Según la definición de los diccionarios, "un lobby" es un grupo de personas que intentan influir en las decisiones del Poder Ejecutivo o del Poder Legislativo, en favor de determinados intereses. Y ese es el caso. Hay en la prensa un extenso grupo que con gente de todos los partidos, se interesa por el liceo Bauzá, por la actitud de su directora que en otras palabras está diciendo:


- Si las cosas van mal, hay que trabajar más y mejor: nosotros y los estudiantes; nada de aflojar para quedar bien.


Aplausos para ese cambio - dice la Prensa.


Los datos comprobados hacen correr un frío:

- "En 2005, los liceos oficiales perdieron 400 mil horas de clase; en 2008 fueron 600 mil" (El País, 8/9/10). Es para pensar que en este año vamos peor.


Cuando el PISA afirma que el Uruguay está colocado entre los últimos, debido al número de repetidores de 15 años (la edad crítica); se queda corto; a eso se suma el 16% de los quinceañeros que no fueron contados porque su situación es peor: dejaron de estudiar. En esto nadie evalúa nada. Son cifras, no hay evaluación, hay aritmética.


Otra medición: según el Instituto Nacional de Estadística (marzo a diciembre del 2009): 1) A los 16 años, en las ciudades de menos de 5.000 habitantes, el 19,7 %, no estudia. 2) A los 17 años el 27,4 % no estudia. 3) A los 18 años el 44,1 % no estudia. Se sabe que la gran mayoría de nuestros muchachos de 15 años, si son de familia pobre, no llegará al mínimo de la capacitación necesaria para subsistir sin ayudas.


Lo normal de un hombre que no tiene instrucción es que pida mucho y no tenga nada que dar, como no sea su voto; si es que en un país lleno de ciudadanos que no saben ni entienden, se puede mantener el sistema democrático.


Duele que una senadora inteligente y sensible, la persona más vinculada al Presidente Mujica, no esté unida al lobby de los que quieren salvar a los muchachos de 15 años, cuya familia carece de dinero para pagar sus estudios.


El Director de la Asesoría macroeconómica del Ministerio de Economía y Finanzas, el economista Andrés Masoller, dijo: "Las tasas de asistencia a los establecimientos educativos caen dramáticamente a partir de los 12 años y caen más en los hogares más pobres. Si uno mira por ejemplo los veinteañeros, solamente el 10% de los estudiantes de 22 años que van a algún establecimiento educativo nació en hogares pobres; contra un 60% en los hogares con mayores ingresos."


COMENTO: También esto lo cuenta la aritmética; no es "una sensación térmica".


En el lobby mediático que aprueba a la doctora Bianchi, importa el cambio que ella prefiere: trabajar más y hacer trabajar más a los alumnos. Es un modo de compadecer la angustia de los padres que ven a sus hijos sin defensa para encarar la vida. Y entre cientos y cientos de responsables del naufragio ¿la Senadora elige para observar a una persona que propone redoblar su esfuerzo, en vez de tratar de disimular el fracaso?


En Atlántida se reunió (1º/6/11) la Junta Nacional de inspectores del Consejo de Enseñanza Secundaria y en esa reunión, las autoridades educativas manifestaron su descontento con las críticas hacia Secundaria desde los medios de prensa. ¿Pensarán que sería mejor que la prensa se callara la boca?


El consejero Fernando Tomeo afirmó que diariamente se dan "situaciones injustas" con respecto al Organismo, "tan injustas que de los 285 liceos de Secundaria, parecería que solamente en uno se está reflexionando sobre la importancia de la asistencia a clase, del trabajo de los docentes y de la atención a los estudiantes" (una treintena de inspectores, aplaudieron).


COMENTO: El tema que agita a la opinión pública, son los resultados globales de la enseñanza pública. Ningún éxito individual puede servir para borrar el desastre que cantan los grandes números, El Uruguay está entre los cuatro países que tienen más repetidores y más desertores y deja a la mayoría de los muchachos de cuna humilde por el camino, sin la formación imprescindible para entender y para hacer. Nada puede paliar este desastre, salvo el hecho de trabajar más y mejor.


Mientras las autoridades de la Enseñanza Pública, los Inspectores y los Profesores muestren ufanía y traten de quedar bien, la tragedia seguirá ahí, acusándolos.


El servicio público más importante, no funciona y llegó el momento de reconocerlo. Nada van a ganar las autoridades, ni los funcionarios si se ponen a la defensiva. Es evidente que hay buenos liceos y buenos profesores. Pero los resultados generales muestran que esos éxitos no bastan para superar el hundimiento de nuestra enseñanza. Cuantos más ejemplos triunfantes se encuentren, peor será el caso de los no exitosos que son muchos más; puesto que la suma total dice: presenciamos un siniestro nunca visto en este país.


Una Inspectora dijo: "Los que nos dedicamos a esto nos sentimos muy angustiados por toda esta campaña, que no es nueva, pero que está como incentivada por el tema de los resultados".


Es un desenfoque angustiarse por lo que dice la Prensa. La angustia que vale es la que proviene de lo que pasa: la Enseñanza Pública no funciona.


Daniel Guasco, electo consejero por los docentes, dijo: "Somos conscientes de que hemos cuestionado el Reglamento de evaluación y pasaje de grado en el Ciclo Básico y en Bachillerato. Lo hemos cuestionado del punto de vista técnico, no político". "Frente a una observación más global", existen visiones "donde la educación tiene que ponerse al servicio del modelo económico". "Las evaluaciones de ese estilo son "un instrumento neoimperialista" que busca, a como dé lugar, alinear países en torno a un modelo educativo en consustancia con el nuevo capitalismo". (EL PAÍS, 2/6/11).


COMENTO: Al profesor Guasco le preocupa la lucha contra el imperialismo y no le preocupan las bajas que provoca esa lucha. Es brutal la cantidad de muchachos de familia pobre, que salen de secundaria sin la formación mínima, para ganarse la vida, pero al Consejero, destruir el capitalismo ¡desde el Uruguay! le interesa más que preparar a nuestra juventud.

Lo grave, por supuesto, es el hecho de que este hombre que tiene derecho a pensar como piensa, integre la máxima autoridad de la educación. Lo grave es que, entre todos los profesores, sea el señor Guasco el que prefieren para que los represente.


La derrota de nuestra Enseñanza Pública parece asegurada, si el gobierno no trata de enmendar el error de haber aprobado una ley de educación a contra mano, "radicalmente" inadecuada; buena para el fanatismo y mala para la laicidad y la eficiencia; contraria a las innovaciones que necesita la educación del pueblo.


Así termina la nota (*) y poco que agregar ¿verdad? Sólo, tal vez, que la Directora del Bauzá que, según afirma, tenía los mejores méritos de todos los aspirantes, viene de quedar en 24º lugar en la lista de aspirantes a ascender a Inspector. ¿Es este el Cambio que nos prometieron? Bamoarriba bo!!!

Según el propio diario el País, la Prof. Esc. Dra. y Mag. Bianchi acaba de participar, por invitación, en un coloquio sobre Educación Media organizado por PROBA (Partido Colorado). Allí señaló que, a su entender "...se necesita un acuerdo educativo entere los cuatro Partidos /.../ pero no uno para repartirse los cargos /.../ Eso fue lo único que "los míos" acordaron".

Criticó también el discurso “ contra Profesionales, Cultura y educación”… por el que "pasó a ser un no-valor tener títulos o cultura" y cerró agradeciendo la oportunidad "...que no me brinda el partido que yo voto".

Peculiar afirmación, realizada en tiempo presente del modo indicativo, tal que sugiere la permanencia de la conducta involucrada. Digo yo: si es tan claro todo, si también dijo por ahí que tuvo muchas más coincidencias y obtuvo más respeto, libertad y apoyo de parte del Consejo presidido por el colorado Carbonell, durante un gobierno rosado que de éste,a cuya Secretaría llegó a renunciar por la corrupción política de su accionar ¿por qué persistir?

Le pido prestado al slogan a la 1001 en el 89' y le digo, como antes los suyos a mí:

Déle Graciela, ¡¡¡ Anímesé !!!


(*) (http://www.elpais.com.uy/110619/pnacio-574092/nacion

al/Directora-del-Bauza-denuncio-persecucion-politica-en-su-contra/

domingo, 19 de junio de 2011

Día del Nunca Más (con retrogusto a parálisis y a promesa incumplida)

Estuve en el primero (adjunto mi crónica). Nunca más fui.

El año pasado, me pareció bien casi casi todo lo que dijo el Presidente en la tele. Este año, me tienen tan lleno que ni siquieara miré los informativos y, si Dios quiere, a la hora de ellos estaré mirando a los pibes jugando el Mundial.

Sobreviven mis acotaciones al discurso presidencial del año pasado. La primera es que, hablando de importancia y valores, sigue primero la vida, después la Libertad, detrás de la cual viene una fila a lo ancho, donde no se ceden preeminencia entre sí el respeto por uno mismo y por los demás, por las Instituciones y por el Derecho, la solidaridad y la (pre)ocupación por los menos favorecidos, la fe en la Educación como único método verdaderamente revolucionario y en la tolerancia y la aceptación de las diferencias como método de convivencia.

La segunda es que, en esto de hoy y en todo, no hay que decir palabras de más, porque enriedan y enredan. Con decir

"NUNCA MÁS TERRORISMO"

a cualquier buen entendedor le alcanza. Igual, a la gilada no hay quien la conforme.

Ahora, de puro vanidoso (o porque sigo sin conseguir decirlo mejor, copio mi crónica del primer "Día del nunca más". Tiene cuatro años y parece escrita hoy. ¡Qué atraso!

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¿“Nunca más”, qué? ¿Qué “nunca más”? ¿A qué vas, pelado? Una tras otra, las preguntas venían, y las respuestas huían. Una única certeza: qué frío de mierda. - “Frío tienen los muertos, me dice el que me habla, a veces, desde adentro. - Tenés razón, pero vení vos a dar pedal, tesorito, responde mi aterida osamenta.

Déle darle pedal a la vida, me deslizo por un túnel de polícroma estulticia que -desde los carteles- me grita: “El olvido no se decreta. Ninguna reconciliación”. Firma OLC, sigla desconocida para mí, que debe querer decir Odio Libre y Contra, Oligofrénicos Libertarios y Combativos, o algo revolucionario e iluminado por el estilo, casi seguro.

Son las once menos veinte, y Dieciocho está casi normal. Mala cosa. A tan pocas cuadras de la Plaza Independencia, acercarme haciendo fácilmente slalom entre tantos ómnibus y autos, con tan poca gente en las veredas y nadie por la calle, sólo puede significar lo peor: la convocatoria es un fracaso. No hay caso pelado: salvo por el Manya, lo tuyo no es estar con la mayoría.

Primera reflexión, salida de los restos del que supe ser cuando era -a mi modo- parte de este negocio: lo más granado del presente y (believe it or not) futuro del sistema político llamó. Nadie vino. Los analistas hablarán mucho, acertarán poco, y cobrarán bastante por decirnos por qué creen ellos que la gente se quedó en casa. Cada facción dirá que fue porque tenía razón (te vy'a dar punto final y reconciliación, te vy'a dar terrorismo de Estado y nada del otro, te via dar Vazquismo, te vy'a dar...

-Lástima darías de quedarte en casa, responde mi insurrecto de siempre.

Vienen a mi mente los tres dinosaurios no convocantes, que -a su modo- también tenían razón al decir “no, no sé, no puedo, esto es lo que puedo” cuando gobernaban; y también al decir, hoy, “a esto, no voy”. ¿Se arrogarán este pírrico triunfo, los eptagenarios destructores de las divisas históricas? ¿Qué dirá el convocante principal? Si y no, tal vez. Con calma y convicción, seguramente.

Reflexiono: los nuevos líderes políticos se pelearon por (o acataron y fueron a) acompañar al Dr. Vázquez a velar los restos de una buena idea en pésima fecha, salieron todos en la foto y no convocaron a nadie. Se me enciende una luz de alarma cívica pensando en la necesaria representatividad de los partidos políticos, que -a Dios gracias- rápidamente se apaga, cuando pienso que las encuestas dicen que la gente dio por laudado el tema con el triunfo del voto amarillo y tiene otras prioridades. Además, la convocatoria fue tan confusa, que había tantas razones para estar presentes (muchas de ellas incluso antagónicas entre sí); y otras tantas para no venir. Menos mal que Juan Castillo y todos nos dieron libertad de acción. (Pdrrrrrr. VG: pedorreta).

Llegué a Andes y la valla (que puteé bajito y lindo cuando dijeron en la radio que la habían instalado) era para los autos. Menos mal. Pensé que el personalismo del quetedije además del cigarro y la posibilidad de hacerme un aborto, también me arrancaría de las manos el orgullo de haber nacido, crecido y medio envejecido en un país donde los Presidentes están al alcance de la gente al menos los feriados, aunque algún energúmeno use la maravillosa tradición para escupir al que sabe que no le va a pegar ni a hacer pegar.

Vine, vi, y me convencí: no hay nadie. Un puñado de veteranos como (o más que) yo, un montón de gorras y uniformes verdes a la derecha (comme il faut) como yendo pa'l Victoria, un puñado de desubicadas banderas del Movimiento de Rocha, una solitaria (y también desubicada) de las que le afanaron a Otorgués, y cientos de regaladas banderitas uruguayas de plástico con la frase Nunca Más (el Ruso Rosencoff podría hacer la guita con el royalty), flameando al son de una batería de murga que arrancó saludando al Presidente, en ominosa ignorancia del llamado a silencio del clarín.

¿A qué venía yo...” decía uno en la tele, en blanco y negro, cuando yo tenía el cabello en su lugar. Ah, si, ya me acordé. La vez anterior que un Presidente nos llamó a esa Plaza, en 1973, con la gloriosa certeztupidez de mis 17 años, creí que no tenía que venir, que Bordaberry era un facho de mierda y que mejor lo volteábamos y venía un gobierno progresista, aunque hubiera que fumarse a los milicos que cuando les dijéramos cucha se iban a ir. Generales del Pueblo me enseñaron a llamarlos.

Aquella vez estuvieron el Chulo Olveira, mi abuela Nerea, y cuarenta viejas más. Estén donde estén, les mando mi humilde y tardío reconocimiento, y una buena noticia: la semilla de democracia ejercida y defensa de las instituciones que sembraron inadvertidamente en mí, es un fuerte y nada flexible árbol. Quiera Dios que no la haya pero, si hay una próxima vez que alguien ose, no ya levantarse, sino afilar el sable o la ideología contra el Gobierno puesto allí por el pueblo, sepa que me tendrá allí, enfrente, con la mansa certeza que da saber cómo es vivir con miedo y estar seguro de no querer repetir. A muerte será la cosa.

¿A qué venía, yo? Con el apuro, hoy de mañana me olvidé de tomar la pastilla. Ah, si: demás de a cumplir con el aprendido mandato republicano, a llorar mis muertos: mi país que iba a ser, mi Uruguay tolerante, mi lo que pude ser, mis conocidos y desconocidos asesinados, destrozados o simplemente enfermados por la sinrazón; los de un lado, los del otro, y los de ninguno. Ya que estaba, también lloré mi miedo de años, y el de ellos, y la emoción de saber que mis hijos no lo van a tener que vivir, y que -tal vez, si consigo explicarles- ellos puedan transmitir y acrecer esta débil llamita que hoy se llama “nunca más” y mis nietos tampoco lo sufrirán.

Como buen uruguayo, yo tuve razones propias para reunirme a decir nunca más.

Nunca más peludos, aripucas, taiperos, peones de estancia pagos con fichas, uruguayos en la mejor posición explotanto a uruguayos en la peor, defendidos (o no atacados, que es lo mismo) por una legislación creada por y para ellos, y un gobierno que sólo representa servir a la República. Nunca más cantegriles ni pobres que no tienen nada que perder.

Nunca más la mejor gente abrazando las mejores ideas y -en su nombre y en el del amor por el Ser humano- emprendiendo las peores causas y acciones; olvidando lo más importante: no hay idea, por buena que sea, que valga una vida, propia o ajena. Mejor dicho: para la propia hay una: la Libertad. Pero eso es otra cosa, y sólo mi vida es mía (a veces ni eso).

Nunca más un Presidente que crea que porque tiene el 20 o el 50% de los votos atrás puede hacer lo que quiere y despreciar al Parlamento, que -por malo que sea- tiene el 100% del respaldo popular. Ojo, Dr. Vásquez.

Nunca más un Parlamento al servicio de los parlamentarios. Nunca más 383, autos baratos, lujo de la miseria ni falta de Quorum.

Nunca más aparatos armados fuera del Estado (y me gustaría saber hasta cuándo dentro). Nunca más Estado de Guerra interno ni externo, en la calle ni en mi corazón.

Nunca más militares salvadores ni apoyos estratégicos. Nunca más lógica de los hechos ni acusaciones de democracia burguesa: Democracia hay una sola, es la que quiero para vivir, y se lleva mal con los adjetivos.

Nunca más tortura sistemática ni esporádica. Nunca más el poder del estado oprimiendo, asesinando y enterrando clandestinamente a quien debe ser su desvelo, que no es otro que el cualquier miembro del pueblo que le da sentido.

Nunca más A, B y C ni proscripciones. De parte de ningún Gobierno ni de nosotros mismos. Nunca más fachos ni bolches, ni espectadores de la lucha devenidos en cobardes o traidores.

Nunca más nadie sembrando odio en el alma de los jóvenes. Estos o aquellos.

Nunca más tanques en la calle, ni molotov, ni piedras para hacerles frente.

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Yo estuve allí, y les digo: No hay nunca más. No hay reconciliación. No hay punto final. Ni siquiera entre los que estuvimos allí. Pero hicimos bien en intentarlo por primera vez, otra vez, hoy.

No los hay ni los habrá, hasta que -uno por uno, todos- podamos accionar el maravilloso mecanismo humano del olvido. No hablo de perdón: no soy quién para perdonar a nadie: cada uno sabrá por qué hizo lo que hizo, debe vivir con eso hasta el último día, y no es cosa de lo que se dice sino de lo que se siente.

Olvido. Genial invento que nos permite vivir sin el horrible tormento del recuerdo del miedo de nacer, el calvario del parto, el hambre y el frio primigenios, el primer grito o sopapo de Mamá o Papá, el primer rezongo de la Maestra, la primera humillación, la primera traición, el primer desamor, y tantas y tantas cosas tanto, tan, dolorosas que la vida regala a puñados.

Todos lo tenemos.

Sólo hay que usarlo para esto tan chiquito y poco importante que se llama ideología. Si los Familiares no pueden, sabré comprender. Todos los demás que no lo hagan, están, simplemente, condenándose a vivir en el dolor autoimpuesto, que es como el Infierno pero acá, todos los días.

En este mundo Verdad y Justicia son conceptos abstractos. Si las hay de verdad, sólo pueden estar en el mejor y más limpio rincón de nuestro corazón.

Y ahí no cabe el rencor.

Si te rompí demasiado las pelotas, te prometo que nunca más. Pero no te olvides de mí.

Publicado el 19 de junio de 2007 a las 17.28

viernes, 17 de junio de 2011

Acá y ahora, siempre es defensa propia

Este artículo duerme el sueño de los justos hace meses, en espera de un clima más propicio para que la esmirriada atención que consigo de mis lectores no esté distraída en fuegos de artificio como los que le propone continuamente el sistema político; muy especialmente el Presidente Mujica, a quien hasta el propio Houdini hubiera envidiado su capacidad de distraer a su audiencia de lo central, para llevarla a lo accesorio mientras pasa la crisis. Seguramente aprendió mirando al tero esconder los huevos, tal vez escuchando a Marcos Velázquez, ¿qué sé yo? En cualquier caso, al César lo que es del César (que Dios ya tiene lo suyo): Chapeau, Monsieur le Président.

Acallados los ecos de la paradójica inexistencia-bilocación del video, la debacle anuladora (hija de los mandatos imperativos de la minoría totalitaria y el necesario correlato de orejanas honestidades), cuando recién empieza a disiparse la polvareda de genética Cabopolónica y Reformagrárica, mi tema vuelve a ser la Seguridad; número puesto en la preocupación de la gente, bien que no de una mayoría parlamentaria recuperada a prepo, cuya esmirriada respuesta al dedito pedrense no da ni para decir “algo es algo”. No entendieron nada, la ideología le sigue ganando a la realidad y cada vez se parecen más a aquél personaje que le decía a su hijo incorregible: “¿Vió Borromeo, la palizota que le dio Papá?”.

Empecé a escribir esto hace meses, al impulso de la indignación que me produjo el procesamiento en segunda instancia de un señor (óptico de profesión) que, como consecuencia de un asalto callejero a mano armada, causó la muerte a uno de sus atacantes, hirió a otro y redujo al tercero.

Hace casi un año escribí el artículo "Inseguridad: la guerra nunca declarada” (*)

en el cual expresaba mi convicción de que las calles de nuestras ciudades son escenario de una guerra; y que la inoperancia de los tres poderes que integran el Gobierno perjudicaban aún más a los castigados ciudadanos normales, quienes terminarían por reasumir para sí el ejercicio de la violencia legítima.

Lamentablemente, así fue. Con mucho más paciencia y menos violencia de la que imaginé, ha empezado a suceder. Varios ladrones muertos y, lo que es peor, varias víctimas de violencia delincuente (que reaccionan y vencen a su atacante) presos, son la evidente confirmación.

Quiero señalar, ante todo, que ninguna muerte violenta me es grata, para inmediatamente destacar que, a la par del sentimiento por el desgraciado final de una vida que no lo fue menos, me hiere la peripecia de esos desconocidos pares (gente de bien, uno cualquiera de nosotros, sin antecedentes hasta ese momento) víctimas no sólo de sus atacantes primeros sino de una deficiente apreciación por parte de Jueces, no de la Ley, sino de la situación social y psicosocial en la que se aplica y del inadecuado accionar de nuestros Parlamentarios.

Merecido destaque para los tres casos más notorios: el del Óptico, el del Policía preso por una muerte en un procedimiento en el “40 semanas” y los vecinos que, hace pocos días, mataron a patadas a un pibe que asaltó a mano armada a un almacenero.

El primero terminó siendo procesado por homicidio, dos años después de haber sido sobreseído en primera instancia, porque el Fiscal apeló su liberación. Dice el celoso funcionario (y confirmó el Tribunal de Apelaciones) que el Óptico ejecutó al rapiñero, que es un homicida. En mi modesta opinión, un grueso error de apreciación: hay en la ocasión una única víctima (que se defiende eficientemente) y tres delincuentes (los rapiñeros) dos de los cuales sobrevivieron a su malogrado asalto pero, extrañamente, ninguno fue encausado por rapiña ¿En su afán justiciero se habrá olvidado el Fiscal? El Juez ¿no debería actuar de oficio, habiendo confirmado ambos ser parte del asalto? Sensiblería pro-pobre-reo-víctima-del-capitalismo, pura y dura.

Todo ello en la óptica judicial, porque -desde mi punto de vista, Señores Fiscal y Jueces de Apelaciones y Legisladores- aún si lo hubiera matado con frialdad, se trata simplemente de alguien que, agredido, de noche, a mano armada, en patota y a traición, responde mejor que sus agresores; que jugaron y perdieron. Si el tipo les hubiera dado la plata, se van contentos, compran alguna porquería, se dopan y al rato vuelven por más. En una de esas agarran a su madre, su hijo, su hermano o a Usted mismo, Señor Justiciero; y si no les da lo que quieren (o les viene el viento Norte) lo matan como a un perro. Y si se lo da también, como en Capurro hace algunas semanas.

Estamos en guerra y el que declara la guerra, si pierde, marcha. Las reglas para el combate no son las mismas que para tiempos de paz. Un soldado bien entrenado puede debe tener la capacidad de tomar prisioneros; un civil acosado por este desastre cotidiano, no.

Los otros dos casos tuvieron más Prensa y están más frescos en la memoria del lector y el Policía fue finalmente liberado, así que voy al fondo del asunto: UN AÑO DESPUÉS, NADA HACE QUE DEBA CAMBIAR MIS AFIRMACIONES.

Es a la luz de esta constatación que afirmo hoy, además: Civil o uniformado, quien repele una agresión o persigue al autor de una (más si es a mano armada) debe ser presumido

incurso en defensa propia. No es posible ni justo exigir ponderación a quien vive asustado (porque ve cómo un día sí y el otro también patotean, roban o golpean y, cada pocos, matan a un compañero, a un laburante, a un amigo, a un familiar) y el día que es asaltado por unos tipos que no tienen nada que perder y amenazan su vida, los mata en una reacción que -en la tranquilidad del despacho, tomando un cafecito y bien custodiado por la Policía- se juzga desmedida. Los quiero ver en esa situación.

Hay gente a la que no le gusta lo que pienso y digo. A mí tampoco. De corazón. Pero la cosa no da para más, y los que estamos marchando al azar (al noticiero, en cana o pa’l Norte) somos los buenos por no saber ser malos y, en vez de tirarlos en una zanja y ocultar todo, ser gente y llamar a la Emergencia móvil para ver si los salva.

Cada uno tiene derecho a sentirse como quiera con la violencia y comparto que, por legítima que sea, ejercerla es un retroceso en la calidad de nuestra civilizada convivencia; pero la Sociedad entregó la fuerza legal al Estado para que defendiera a sus mejores hijos de los peores y, dado que éste no cumple su obligación, la fuerza vuelve de pleno derecho a sus dueños. No estoy convocando a hacer justicia por mano propia: estoy pidiendo protección para los que nos defendemos de un ataque cruel y sistemático que, además, cuenta con y utiliza la debilidad implícita en de nuestro sistema de garantías escrito para épocas normales.

Señores Jueces, Fiscales y, muy especialmente, Legisladores: agresor es agresor, víctima es víctima y es deber de la buena gente (grupo que se supone integran y representan) ocuparse primero de los suyos y defender su vida (que es sin miedo), su derecho a una libre y segura circulación y al disfrute de sus propiedades; aunque sabido sea que ninguna de ellas vale una muerte.

Ninguno de nosotros está libre de reaccionar mal o desmesuradamente al ataque a su vida, integridad física, bienes, amigos, vecinos o familia. Y ya bastante problema es vivir con el cargo de conciencia de matar a alguien, como para que, además, venga a joder la Justicia y ponerlo a uno junto a lo peor que, entre todos y con esfuerzo, logramos juntar y guardar.

En tanto dure este estado excepcional de cosas hay que legislar y juzgar excepcionalmente, presumir la legítima defensa y minimizar la sensibilidad por la proporción de la respuesta, toda vez que alguien sorprenda a un delincuente en su hogar o empresa, sea asaltado o rapiñado y/o actúe en defensa de una víctima.

Cuando vuelva el río a su cauce, volverán las garantías para todos. Mientras, hay que elegir.

Ellos o nosotros.

Yo ya lo hice.

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(*) http://eldo-lappe.blogspot.com/2010/07/inseguridad-la-guerra-nunca-declarada.html

miércoles, 15 de junio de 2011

Crónicas mugrientas, por Ray Lappe.





Ser ciego no es tan malo: peor sería ser negro, dijo Ray Charles.







Recolectores informales ganan la batalla por la basura a la IMM

La comuna "no da abasto" para controlar a los clasificadores que derraman los residuos

(http://www.elobservador.com.uy/noticia/203545/recolectores-informales-ganan-la-batalla-por-la-basura-a-la-imm/)


“Los vehículos están detenidos y sus bocinas suenan. Contra el cordón de la vereda, próximo a un contenedor de basura, un caballo que cincha de un carrito escuchó un chistido. El animal detuvo sus pasos. La circulación por uno de los carriles de la calle Arenal Grande, en el centro de Montevideo, quedó inhabilitada. El recolector que dio la orden bajó del carrito y comenzó a seleccionar residuos. Esta escena se desarrolló al mediodía del viernes 10 de junio.

Luego de 10 minutos, el clasificador terminó de recoger basura. Sin embargo, las bolsas que descartó quedaron tiradas alrededor del vertedero de residuos. Así como los autos o los ómnibus, la presencia de carritos tirados por caballos y las bolsas de basura que rodean a los contenedores ya son un rasgo característico del paisaje urbano de Montevideo.

Pero la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) “no da abasto” para evitar los desbordes y la basura tirada alrededor de los contenedores, luego de que los recolectores informales realizan su tarea, según dijo a El Observador el secretario general de la comuna, Ricardo Prato.

El jerarca explicó que los recolectores son “difíciles de controlar” porque pertenecen al sector informal.

Si bien Prato afirmó que la basura en torno a los contenedores es generada por los “bolseros”, la realidad indica que los recolectores que realizan sus tareas en carritos –conocidos como carreros– también dejan bolsas en la vía pública. Los bolseros son hurgadores que realizan la tarea a pie o en bicicleta y seleccionan o desechan lo que les sirve de cada bolsa. Al no haber un registro, su actividad se vuelve incontrolable para la IMM.

La IMM considera un “problema” la recolección informal y ve “mucha preocupación” de los vecinos por la situación de desborde de basura generada en el entorno de los contenedores.

Un alto funcionario de la División Limpieza de la comuna afirmó a El Observador que “el problema de la basura” está presente “en toda la ciudad”. Explicó que los barrios de mayor densidad poblacional –como Pocitos – y las avenidas principales por las que se trasladan los recolectores –avenida Agraciada y avenida Centenario– “son las más difíciles de tratar”. Si bien la comuna intenta que los carritos no recorran zonas turísticas, como el puerto o la rambla, en los hechos no están determinadas zonas de exclusión por las que no puedan circular. Por su parte, los recolectores entienden que los ciudadanos también generan basura alrededor de los contenedores. El vicepresidente del sindicato de los clasificadores (Ucrus), Walter Rodríguez, dijo a El Observador que “la gente” transformó en un “hábito” tirar la basura en la calle. Además reivindicó la actividad del sector informal y pidió establecer una política “más adecuada” para los recolectores. Consideró también que “las políticas llevadas adelante por los gobiernos no hacen aportes y exigen muchas cosas”. La comuna cuenta con una guardia ambiental, integrada por 40 personas, que controla la actividad de los recolectores informales y realiza tareas de apoyo a los servicios que componen el sistema de recolección formal de residuos de la ciudad. Una de sus funciones consiste en reintroducir en los contenedores la basura que los hurgadores dejan afuera de ellos. Sin embargo, el organismo de fiscalización no cuenta con potestades para multar a los recolectores. En caso de advertir un comportamiento irregular, los funcionarios municipales, en el mejor de los casos, aperciben a los infractores y envían los datos que recogieron a Inspección General de la IMM. La elevada informalidad del rubro genera que los mecanismos de sanción aplicados al momento no sean efectivos. La multa económica no es viable y la alternativa como sanción es requisar el caballo con el que se realiza la actividad. Prato reconoció la necesidad de “perfeccionar los mecanismos inspectivos” con los que cuenta la comuna para “mejorar la situación” que genera la basura alrededor de los contenedores. Además, dijo que la IMM pretende “tener una respuesta más rápida” cuando los recolectores informales cometen una infracción. Ya sea por la acción de clasificadores, recolectores o bolseros, en muchas esquinas de la ciudad la basura aparece fuera de los contenedores de residuos. De este modo, las personas que realizan la recolección informal ganan a diario la “batalla” por la limpieza a la IMM”

Hasta aquí la nota de El Observador.

Poco queda por decir, como no sea agregar a la negra humorada del comienzo la máxima que lo inspira: “No hay peor ciego que el que no quiere ver. Ya que estoy para el lugar común, agrego otro que hace a la cosa: “La culpa nunca es del chancho: es del que le rasca el lomo”.

El sistema de recolección por contenedores fracasó, pero la Administración sigue, porfiadamente, comprando nuevos, reparando los vandalizados y generalizándolo.

Lo que es peor, sigue también diciendo que el problema es la gente (que es sucia) los informales (a los que no puede ni quiere reprimir o mandar reprimir, etc. etc. . Como buena culpa, siempre ajena. Mi pedo huele a Chanel.

El problema que ocasiona la mugre en la que chapaleamos es, pura y simplemente, la incapacidad ideo-genética del autoproclamado progresismo para asumir la realidad; realidad que exige hoy, con toda claridad, impedir que los recolectores informales operen.

No hay nada más obvio, ni por qué dejarlos sin trabajo (no sea cosa que vayan a perjudicar la otra gran mentira multirepetida del récord de mínimo desempleo histórico que no cuenta a los centenares de miles de NI NI y los que ya nos aburrimos de buscar): alcanza con darles las facilidades (organización cooperativa, capacitación, vestuarios, duchas, etc.) y OBLIGARLOS a reciclar en las Usinas. Cortito y fácil, como para que lo entienda hasta la Intendente y su staff.

Entre los niños de Marina, los Cirujas de Ana y los nenes de ADEOM, la tacita de plata se ha vuelto una mezcla rara de Madrid, Calcuta y Cidade de Deus.

Mientras, el Frente sigue siendo el mayor vendedor de línea blanca de la Capital (aunque parece que, para el Interior va a abrir la cadena de sucursales Raulito), la Popósición duerme el sueño de los bobos y nosotros seguimos pagando los platos rotos y rascándole el lomo a todos.

Astada vocación, que le dicen.

viernes, 10 de junio de 2011

Flor y truco

Allá por diciembre del año pasado escribí una nota: "El Pepe, el Paco y el Pato: flor", http://eldo- lappe.blogspot.com/2010/12/el-pepe-paco-y-el-pato-flor.html). Allí decía:

"Bien particular ese viaje "privado". Con pasajes y gastos pagados por no sé quién, el Presidente de todos viajó a Madrid, con séquito de Ministros y jerarcas de empresas públicas (entre los cuales se encuentra, por razones seguramente de Estado, el Pato Celeste) para encontrarse con empresarios de tan cristalina gestión como Francisco Casal y Florentino Pérez. Ambos, como todo el mundo sabe, de origen humilde y devenidos ricos con el sudor no de sus frentes sino traficando hombres libres. Dicen por ahí (no yo, claro) que también brindando servicios que dejan todo limpio menos las conciencias. Qué mala es la gente.


¿Nuevos amigos o culebras? Chi lo sa. Buenos muchachos, tal vez; malas compañías seguro. Sin deslizar sombra de duda acerca de su honor, no es bueno que jerarcas del Gobierno de máximo nivel se manejen, en forma privada, con intimidad y en presencia de un único periodista, con empresarios poderosos; menos aún si uno de ellos tiene cuentas pendientes con la DGI y la Justicia. El mensaje es muy ambiguo, , por decir lo menos. En estas cosas, como la mujer del César. Ser y parecer".


Hoy mi alarma se redobla, al recibir vía Brecha (levantado por El Espectador) que el alias "Pato Celeste" no es el único de que dispone el Sr. Gustavo Torena, conocido en varias comisarías, Juzgados y establecimientos de reclusión por delitos tales como Estafa (varios), Hurto, Receptación, Falsificación de Documento público, etc.


Dirá el lector: "si ya le perdoné al Presidente, su legítima esposa, varios legisladores y ministros crímenes de sangre ¿por qué no operar una buena Amnistía con el pobre plumífero?". El problema es que los antecedentes más recientes que cito de este buen señor son de este siglo, no de los 60's. Bah, en realidad el problema no es ese, sino que el tipo disfruta de un estatus que le permite fotografiarse con el Presidente y sus pares de Brasil, Venezuela, etc., viajar en el charter oficial, entrar y salir de la Torre Ejecutiva con mayor facilidad que a las oficinas de la calle Tenfield.


Es una broma de Dios que estén en la calle Divina Comedia. Es una broma de ateos que un estafador contumaz tenga libre acceso al círculo más cercano a Presidente de la República. Y no es broma sino confirmación de sospecha, que hoy tenga que leer en la edición digital del propio Brecha "TENFIELD, MUJICA, LA IZQUIERDA Y EL FÚTBOL: Larga vida para el Rey. La posibilidad de que el Estado participe en la televisación del fútbol luce remota en el mediano plazo. A pesar de algunas versiones, en la órbita de Antel no se está discutiendo esa eventualidad, ni existen directivas concretas del Poder Ejecutivo en este sentido".


Caramba, qué coincidencia.


El Pepe, el Paco y el Pato ya no es flor. Ahora, también, hay truco.


SAVAP