martes, 7 de diciembre de 2010

El Pepe, Paco y el Pato. Flor.

Flor: Tres cartas del mismo palo.

Una pieza y dos el mismo palo.

Dos piezas y una que sume.

O tres piezas.


Reglamento del Truco uruguayo)


Ahora que quiere arreglar la vereda en vez de cambiar el mundo, el Señor Presidente de la República ha descubierto que la inversión extranjera no es el Diablo en calzoncillos, como solía afirmar cuando invitaba a los malos (*) a alojarse involuntariamente a precios de oro, o se las daba con tutti por una buena causa.


Así pues, no sólo va al Conrad a decir “Bienvenidas las inversiones” sino que promete a los capitalistas los beneficios que les da cualquier país civilizado e inteligente. Y capitalista, claro.


Tan es así que, para desmentir que la calidad de la democracia está en peligro, al regreso de un viaje privado (?) declaró complacido que algunos belinunes (que no consultaron al Cookie ni a Talvi) van a poner dos mil millones de dólares asociados con UTE.


Bien particular ese viaje "privado". Con pasajes y gastos pagados por no sé quién, el Presidente de todos viajó a Madrid, con séquito de Ministros y jerarcas de empresas públicas (entre los cuales se encuentra, por razones seguramente de Estado, el Pato Celeste) para encontrarse con empresarios de tan cristalina gestión como Francisco Casal y Florentino Pérez. Ambos, como todo el mundo sabe, de origen humilde y devenidos ricos con el sudor no de sus frentes sino traficando hombres libres. Dicen por ahí (no yo, claro) que también brindando servicios que dejan todo limpio menos las conciencias. Qué mala es la gente.


¿Nuevos amigos o culebras? Chi lo sa. Buenos muchachos, tal vez; malas compañías seguro. Sin deslizar sombra de duda acerca de su honor, no es bueno que jerarcas del Gobierno de máximo nivel se manejen, en forma privada, con intimidad y en presencia de un único periodista, con empresarios poderosos; menos aún si uno de ellos tiene cuentas pendientes con la DGI y la Justicia. El mensaje es muy ambiguo, , por decir lo menos. En estas cosas, como la mujer del César. Ser y parecer.


Dejando la forma de lado, me apresuro a saludar con sincera alegría la metamorfosis de fondo implícita en todo o antedicho e, ilusionado, suelto un estentóreo ¡Bienvenido! Abolla mi ilusión nuevecita la pena de observar lo lejos que estoy de saber cómo se ata por el rabo estas flexibles y modernas moscas capitalistas sociales con las posiciones de los viajeros ante los plebiscitos del 92’, 2003 (empresas públicas y ANCAP) el del 2004 (agua), elFrigonal, el SOYP XXI y otros tesoros fósiles del Programa. A Dios gracias, no es mi problema.


Pensar que, éstos mismos, en los 80’ le decían panqueque a Flores Silva. ¡Marchaste Manolo! ¡A la cola, neneeeee!


Habiéndome apresurado a celebrar lo celebrable, más me he de tardar en proclamar la integración del Presidente y adyacencias al creciente grupo de orientales que verdaderamente creemos que, más allá de maquillajes, buenas intenciones y declaraciones de vocación de servicio público por parte de filósofos de cinco pesos, representantes sindicales y políticos oportunistas, hace años que -con notorias diferencias internas y contadas excepciones- nuestro Estado apesta.


No los veo aún integrados de alma a ese vapuleado, heterodoxo y nada homogéneo agrupamiento cuyos integrantes, hace 25 años, venimos insistiendo con que debe promoverse la asociación de las empresas públicas con pares privadas serias, así como la aplicación en toda la Administración pública de criterios de eficiencia y vínculo funcional propios del único sistema que, probadamente, funciona: el privado. Tanta libertad como sea posible, tanto Estado como sea necesario. Modesto catecismo.


El Estado benefactor, que tanto bien nos hizo hace cien años, dejó de serlo para la Sociedad toda en beneficio de sus empleados y de grupos sociales marginales; no todos cuyos miembros encarnan una inversión éticamente defendible, bien que humanamente irreprochable. Y eso tiene que cambiar, porque se llama des-democratización, corporativismo, clientelismo y demagogia; y no se lleva bien con la igualdad ante la Ley y la democracia representativa a que manda la Constitución.


Sé que los otros lo hacían también pero ¿no era que éramos el cambio?


SAVAP


~(:)

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(*) Creo que llevaba ih antes de la o, pero era tan chiquito...

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